lunes, 4 de marzo de 2013

Corinna: la reputación del Rey


A veces los monarcas se ven en la tesitura de escoger el camino del corazón o el de la razón (de Estado). Para Enrique de Borbón (¿antepasado de Juan Carlos?), IV de Francia, París bien valía una misa, mientras que Eduardo VIII renunció a ser rey británico para casarse con Wallis Simpson (¿antepasada de Homer?), quien ya acumulaba dos divorcios.
 Si nuestro soberano hubiera de elegir, ¿con quién se quedaría, con la corona o con la Corinna? Apostaría a que ejerce la primera opción, pero, como es un tío tan campechano, cualquiera sabe.