jueves, 12 de enero de 2017

Donald Dump


Decía John Carlin en El País, allá por el mes de febrero del año pasado, en un artículo titulado El Pato Donald para presidente, que «el problema no es Trump sino quienes creen que es la persona indicada para la presidencia». Se refería también al análisis satírico de P. J. O’Rourke (quien «por cierto, es muy de derechas», apostillaba Carlin), según el cual «sus compatriotas le están gastando una broma al resto del mundo. “Muchos republicanos dicen que dan su apoyo a un personaje de historieta… al Pato Donald”.» Y citaba, en términos casi premonitorios a Orson Wells: «La popularidad no debería ser la medida a la hora de elegir políticos. Si fuera así el Pato Donald estaría en el senado.»
Según la Wikipedia, «Donald [Duck] suele intentar ver las cosas con positivismo y alegría (aunque muchas veces acaba montando en cólera cuando se le tuercen las cosas). Uno de sus movimientos más característicos es su singular manera de saltar sobre uno de sus pies cuando se enfada, a la vez que grita de manera incoherente.»
El primer presidente antisistema ha adelantado a Pablo Iglesias, aunque sea por la derecha. ¿Cómo que eso no vale? La falta de respeto a las reglas es la primera norma de los antisistemas. Y le siguen el matonismo, las contradicciones permanentes, el desprecio por los políticos profesionales (la casta), la mentira, la manipulación, el populacherismo patán y zafio...



No tuvo relación con el tío Jesús Gilito, con quien coincidía en muchos aspectos: profesionales, de carácter, ideológicos, de educación..., pero si los hubieran presentado, rápidamente se habrían reconocido como de la familia.
La realidad vuelve a imitar a la ficción.