lunes, 29 de diciembre de 2008

Los frutos del nacionalismo

¿Ir por uvas? ¡Naranjas de la China!
A veces, los frutos del nacionalismo son salvajes. Será porque los nacionalistas suelen ser asilvestrados y siempre están pendientes de dar la campanada. En este caso, la cuestión es más bien chusca pero igualmente ilustrativa de cómo les funciona la mollera. Parecerá una sandez (lo es de hecho) pero puedo prometer y prometo que conozco gente que pone en práctica el invento.
Hace varios años, los nacionalistas valencianos llegaron a la conclusión de que celebrar la Nochevieja con uvas era cosa extraña, foránea, españolista vaya, y decidieron que lo suyo era cambiar los granos de uva por gajos de naranja o mandarina. Hay que ser sandio y melón. Tal vez les dio por asociar una tradición, que ahora está a punto de ser centenaria, con la Puerta del Sol, centro teórico de la red de carreteras del Estado radialmente distribuidas, tal vez de la geografía hispana (si es que la piel de toro permite determinar dónde poner la aguja del compás) y metafórico del centralismo mismo. Hoy (pasado mañana) las televisiones autonómicas escogen sitios de marcada significación para retransmitir las campanadas, así que no hay por qué atragantarse ya con la visión del oso y el madroño o la sede del gobierno de Esperanza Aguirre. En fin; es lo que tiene el nacionalismo, que vuelve a la gente obtusa, que todo lo filtra por su criterio, que convierte a la nación, falsa e idealizada, en medida de todas las cosas.
Lo bueno es que les dio por cambiar una fruta valenciana –cuya producción se concentra en una zona que abarcaría las partes costeras de las provincias de Valencia y Castellón- por otra que también lo es. Ciertamente, si a la uva de mesa nos referimos, la localización es más limitada y se reduce a varios términos de la comarca del “Vinalopó Mitjà” y a uno (Agost) del “Alacantí”. A lo mejor, la ojeriza es por la tardía incorporación de la cercana Villena (Alt Vinalopó) a la provincia de Alicante, que no se produjo hasta 1836, por su proximidad a la región de Murcia, o la cuestión reside en el carácter emblemático que tiene la naranja en la Comunidad Valenciana, lo cierto es que fueron los agricultores alicantinos quienes propiciaron la costumbre de las uvas como estratagema publicitaria para vender su producto. Pero, si la cosa se limitara a un área o pueblín, cuya economía gire en torno a la producción de agrios, bueno estaría (aunque seguiría siendo prueba palpable del carácter aldeano del nacionalismo), pero los ideólogos de esto pretenden hacer del evento un acto de afirmación nacional.
Cabe recordar que, en puridad, el rito exige comer las uvas sin pelar y sin quitarles las pepitas. No valen, pues, doce gajos: han de ser doce mandarinas enteras y verdaderas. Aunque sean de un bonsái.
¡Feliz año 2009! y que cada uno celebre su entrada como le venga en gana.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad

¡Qué gusto da que se junten las familias en Navidad! Como en el anuncio: “Vuelve, a casa vuelve...”
Bono Bus, el primo de Bono Martínez, que va a cenar esta Nochebuena a la casa que el Presidente del Congreso tiene en Albacete, le mandó una tarjeta de felicitación con su foto a Rajoy para que le conozca, porque dice don Mariano que no sabe quién es. El anfitrión, Pepe, está más contento que unas pascuas. Los Rodríguez, de los Rodríguez de toda la vida, que pasan el verano en casa, abandonados, más solos que un grupo pop en un emirato árabe, siempre cenan en familia en estas fechas. Ellos se apuntan a un bombardeo: a todos los banquetes habidos y por haber, al regalo del amigo invisible, a la comida de empresa, a la cesta, a la lotería, a la cuchipanda y a lo que sea. Siempre dan la nota pillando una cogorza de tequila antes de sentarse a la mesa. No son de champán (perdón: de cava) ni de pavo, de turrones o polvorones. Lo prefieren Blanco y en Botella pero nada que ver, aclaran, con la cosecha de Pepiño y la añada de la señora de Aznar. Los Rodríguez han decidido no moverse de la Moncloa mientras el personal los aguante y no los corra a gorrazos por el procedimiento de votar a otros para inquilinos. Este año visita por primera vez el palacio Zapatero Remendón, un pariente, por parte de madre, del Presidente del Gobierno. Es un hombre muy sencillo y agradable (el pariente), aunque algo frío, pero ¡anda que no es nadie arreándole a la zambomba y a la pandereta! Es un virtuoso del villancico: “Veinticinco de diciembre, fum, fum, fum” (que quiere decir, esto último, humo, humo, humo, en catalán, aunque como él es del Bierzo no lo sabe). Montilla no quiere que pongan en la caja de la Generalitat vino de Moriles. También le ha mandado un christmas a José Luis y le ha deseado “Bon Nadal”. El Presidente ha pensado que igualmente Ferrer, López, Verdasco y Sánchez Vicario.
Ahora en serio, feliz Navidad a todo el mundo.

NOTA: El niño lleva la cara tapada no por censura laicizante, obligación de carácter integrista, o cosa parecida, sino porque es menor y se debe proteger su imagen (la de los menores), dicen, y como no quiero líos, pues eso.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Campaña sobre campaña

Y sobre campaña una.
El Mundo presenta en primera página la noticia que ilustra la foto de arriba, con el titular “United Colors de la imposición lingüística” y el comentario “La Generalitat se jacta de que Montilla se reunió con ‘pastorets de tots colors’ de los cursos de inmersión para adultos, mientras Corbacho advierte de que ‘imponer el catalán a los inmigrantes tendría un efecto contraproducente’”. El pie de foto, en fin, reza: “Montilla, rodeado ayer en Vic de los ‘pastorcillos navideños’ de los cursos de catalán para adultos de la Generalitat”.
Por lo que se ve, no tenían pieles rojas y a algunos les han pintado la cara de carmín. Los de la ocurrencia deben ser los mismos de la chirigota aquélla de la campaña de las autonómicas, la cuña publicitaria con la música del anuncio de Nocilla: “Compromís, gestió, experiència i feina, Montilla. Montilla l’aliment que necessita Catalunya”.
Suponemos que los padres habrán autorizado la difusión de la imagen de los niños por aquello de la protección de los menores y ninguno habrá opuesto dificultades relacionadas con conflictos religiosos. ¿En qué idioma habrán firmado la autorización? ¿Mantendrán el crucifijo en ese centro donde –al parecer- han colocado o representado el belén?
Pero hay algo que me intriga de verdad: ¿De qué cojones va el niño de la derecha? ¿De embajador plenipotenciario de Herodes, de pastor de reptiles, de cardenal o de lo que parece: de diablo? ¿Y qué hace un demonio colorao en un nacimiento? Que me lo expliquen estos artistas de la multiculturalidad.
Ya me imagino el villancico:
Venid pastorcillos
Venid a adorar
Al Molt Honorable
President de la Generalitat.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Se montó el Belén

sábado, 20 de diciembre de 2008

Los piratas de la SGAE

Se ha sabido (¡y cuántas como ésa dejaremos de saber!) que la SGAE ha recaudado 45.000 euros de un festival solidario (La Marató) organizado por TV3. Todos los artistas que participaron (entre otros, Chenoa, Estopa, Lolita o Manolo Escobar) lo hicieron de forma altruista, cediendo sus derechos de autor para editar 150.000 copias de un disco cuyas ganancias irán destinadas a las personas afectadas por enfermedades mentales.
No sé cuál será la excusa para algo tan infame –que me imagino girará en torno a la habilitación legal para hacer lo que han hecho- ni me importa, pero desde luego que su voracidad recaudatoria y su desahogo no conocen límites. No tienen tarifa, ni control, ni cabeza, ni corazón; sólo estómago. Por cierto, los responsables del ministerio del ramo debían tomar buena nota de lo generosos que son los Teddy’s Boys, de la calidad humana que atesoran y de su sentido común, para proscribir la posibilidad de esquilmar la bolsa de organizaciones no lucrativas, sobre todo cuando organizan actos con un fin benéfico. El producto obtenido debe ir íntegramente a ese destino, entre otras cosas porque en caso contrario se defrauda y engaña a los mismos donantes.
Eso sí, la próxima vez que aludan a que el “top manta” o la descarga de ficheros por Internet es una forma de fraude, se les podrá decir aquello de que “quien roba a un ladrón…”

viernes, 19 de diciembre de 2008

Armas arrojadizas de destrucción masiva

De la pituitaria, otra cosa no.
Más que armamento estratégico se trata, de alguna forma, de armas químicas y bacteriológicas, pero lo que desprenden no es gas mostaza. Constituye tecnología de doble uso: civil y militar. Para el olfato sí que son peligrosas. Al niño pequeño, el que está al lado del que maneja con destreza el zapato balístico tierra-tierra, le sacaron la foto justo antes de caer fulminado. La imagen ilustra, al decir del redactor de ABC, uno de los medios que la publicaba, el éxito del incidente en el mundo árabe. A ver si organizan una intifada. Por lo menos, si es a zapatazos, no hará tanto daño como si utilizan piedras. Bien escondidas y disimuladas las tenían. También, en este caso, se ha pedido explicaciones al servicio secreto, a la CIA, por no haber detectado a tiempo la amenaza. No es broma.
El primer ministro iraquí quiere que se castigue con una pena de entre ocho y diez años de prisión al lanzador del zapato, al periodista-pitcher Muntazer Al Zaidi. Iba a decir que si en vez de tirarle un zapato, le tira una bomba... pero no, simplemente con que le hubiera dado, Al Maliki hubiera hecho todo lo posible por que le mandaran al paredón.
Aunque podría pensarse del reportero que era zapatista o zapaterista, en realidad era seguidor de Khrushchov, el primero en utilizar el zapato como arma de protesta. También (ya lo hemos dicho varias veces), es una costumbre de los musulmanes, esa de descalzarse.
Ahora que si pasa como aquí en la dichosa sentencia de Jaén, en la que se condenó una madre que le dio un cachete a su hijo después de que éste le arrojara la zapatilla, que se vaya preparando Bush.

jueves, 18 de diciembre de 2008

¡A la huelga!

Cayo Lara, el nuevo y flamante (¿por qué siempre se dice así y los flamantes lo son mientras son nuevos y dejan de serlo al poco de estar en el cargo?) Coordinador General de Izquierda Unida se ha estrenado con fuerza y garbo: planteando una huelga general. Toma castaña.
¡¡Y lo hizo –nada menos- cuando se cumplía el aniversario de aquella huelga del 14-D!!, detalle, por cierto, omitido por todos los medios de comunicación que yo haya visto. Parece que se les ha pasado. Fue en el 88 y marcó el principio del fin del felipismo, aunque éste aún durase lo suyo. A pesar de que los socialistas volvieron a ganar las siguientes elecciones por mayoría absoluta, Izquierda Unida les arañó un buen puñado de votos y escaños. Desde luego sirvió para escenificar el divorcio entre el partido y el sindicato, entre el PSOE y la UGT, entre Felipe González y Nicolás Redondo. Veinte años no es nada, qué febril la mirada.
Podía haberla convocado ya y no esperar más. Eso sí que sería entrar por la puerta grande. Luego, ha puntualizado que él no hizo un llamamiento sino que señalaba que se podían dar las condiciones. Sólo ha amagado, pero se ha asustado de dar.
Mucho antes de aquello (no del fin de semana congresual de IU sino antes incluso del famoso 14-D), se cantaba una bonita copla reivindicativa:
Queremos que Marco encuentre a su mamá
Si no, mañana, huelga general.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Hay luz al final del túnel

¡Madre la que está cayendo!: se le cae un túnel del AVE Madrid-Valencia y cae la nieve inclemente. En casa del pobre todo son desgracias y la pobre doña Magdalena no iba a luchar contra los elementos.
Sí, ¡menuda elementa! Con ocasión de inaugurarse la estación de la T4, dijo que el único sitio en el que Esperanza Aguirre podía estar era “tumbada en la vía o colgada de la catenaria”, pues esperemos que ahora no le haya deseado que fuera a silbar al túnel para probar el eco.
Lo de la pertinaz nevada hay que reconocer que no es culpa suya, porque llevamos varios años preparándonos para el calentamiento global pero no para estos fríos que nos cogen siempre con el paso cambiado. Es decir, que el no “preveer” (sic, así lo decía ayer en la COPE, a las dos y cuarto, Andrés Ayala, Portavoz de Infraestructuras del PP) el temporal, no hay que echárselo en cuenta, pero en desprendimientos y derrumbes, socavones y hundimientos ya va siendo experta, así que ahí tendría que entonar un poco de mea culpa. Tampoco hay unanimidad en los medios respecto al número de camiones sepultados en el túnel del Regajal. Sobre el hecho de que lo que el presidente de Adif, Antonio González, ha calificado de “incidente técnico menor” haya permanecido oculto durante cinco días, tampoco hay caso: el propio Sr. González ha admitido que no informó a la Sra. Álvarez. Pues si él no se lo dijo, ya sabe ella lo que le tiene que decir: “váyase señor González”.
Magdalena Álvarez es la peor ministra que ha tenido Fomento o el ministerio que durante muchos años le ha precedido: el de Obras Públicas. Por si a alguien se le ocurre apuntar que en realidad ha sido la única, donde pone ministra pongan titular del departamento, que es a lo que me refiero.
Pero hay luz al final del túnel: al parecer Zapatero tenía pensada una crisis de gobierno. Si le hacía falta una excusa para cesarla en la próxima remodelación del gabinete, ahí la tiene.

martes, 16 de diciembre de 2008

¡Premio!

El amigo Mike, de El Republicano Digital, me ha honrado con la concesión del premio “Blog Dorado”. La calidad humana de Mike –según se desprende de ésa, su bitácora- y que me lo haya dado, según afirma, por los valores que aquí se defienden, le da mayor relevancia.
Es la primera distinción que recibo y no sé muy bien como funciona, pero al parecer se trata de colocarla en la estantería. Eso es lo que, inmediatamente y con la mayor ilusión, me dispongo a hacer. ¡Queda inaugurada esta vitrina!
De nuevo, gracias Mike.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Arde el ágora

You say you want a revolution
Well, you know
We all want to change the world
You tell me that it's evolution
Well, you know
We all want to change the world
But when you talk about destruction
Don't you know that you can count me out
(Lennon & MacCartney)
En Grecia, cuna de la democracia, la democracia se tambalea. Ojo porque el virus es contagioso. Los manifestantes declaran que el sistema está en quiebra, que no tienen fe en nada, que el paro les abruma y que, de perdidos, al río revuelto, y de allí al Egeo. Atenas también alumbró la demagogia y la tragedia.
La muerte de Alexandros Grigoropulos, un estudiante de dieciséis años, por un disparo de un policía, ha actuado como detonante del caos. Dieciséis años después del Miércoles Negro de Los Ángeles, cuando la policía apaleó a Rodney King, un joven de color, y “un jurado de blancos” absolvió a los agentes encausados, llega un negro a la Casa Blanca. Un caso parecido (la muerte por electrocución de dos adolescentes, que se escondieron en un transformador eléctrico cuando huían de la policía) actuó como espoleta para una serie de disturbios protagonizados, fundamentalmente, por inmigrantes de segunda generación, quienes quemaron miles de coches en toda Francia. Tres años más tarde, el que a la sazón era Ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, alcanzó la presidencia de la República. En el cuadragésimo aniversario de mayo del 68, las revueltas y algaradas lúdico-reivindicativas han dejado paso a botellones coronados no con bombo sino con orgías de sangre, fuego y destrucción. El Cojo Manteca fue coronado, en una mani en el Madrid del 87, emperador y patrón de los revoltosos. Se ha pasado de Daniel Cohn Bendit a Jon Manteca, del movimiento estudiantil, al lumpen, al hooliganismo violento, sin formación ni ideología. Las manifestaciones y los movimientos de masas han perdido bagaje académico, sustancia, empaque filosófico... si es que alguna vez lo tuvieron.
Ese salto, de la agitación intelectual al puro desmadre, donde la única radicalidad que queda es la de la violencia, parece una alegoría de la evolución de la misma universidad. ¿Qué se ha hecho de los grandes pensadores, de los fulgurantes filósofos, de los brillantes científicos? No se les ve en las universidades europeas, los más influyentes intelectuales son simples divulgadores y gracias. Del Barrio Latino al Acrópolis Griego -en cuyo lapso de tiempo se ha dejado de estudiar a los clásicos- va como del cielo a la tierra.
La Universidad (el liceo aristotélico, la academia platónica) ya no es el Templo de la Inteligencia, que dijo Unamuno, ni los rectores los Sumos Sacerdotes. Es el puerto de Arrebatacapas, una cueva de mercachifles, por no decir de ladrones, donde se compra y vende prestigio (a pesar de que no les queda de esa mercancía) y se trapichea con todo, menos con el saber que, como no ocupa lugar, nadie se ocupa ya de él.
En las Universidades españolas (Santiago de Compostela, la de las Baleares, la Complutense de Madrid, la Autónoma o la Universidad del País Vasco) se grita, insulta, increpa, zarandea y agrede más que se investiga, se enseña, se debate o se transmite conocimiento. María San Gil, Rosa Díez, Josep Piqué, Carrillo, Dolors Nadal, Pío Moa, Albert Rivera han sufrido sus altercados. La Pompeu Fabra de Barcelona es ya un clásico. Los violentos toman las aulas y los pasillos cuando va a dar una conferencia Fernando Savater, Patxi López, Gotzone Mora, Nicolás Redondo Terreros o Edurne Uriarte. Al grito de “Fuera fascistas de la universidad”, los fascistas ocupan el campus, boicotean los actos y hacen una demostración de fuerza y de no saber lo que es la libertad de expresión ni los modales, la educación, las más elementales normas de convivencia ni nada. Hablando de Carrillo: a cualquiera le pueden abuchear o nombrar Doctor Honoris Causa.
Por eso, no resulta extraño que Aznar se tuviese que ir a disertar a Georgetown. Aunque fuera hablando en… lo que quiera que fuese aquello.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Querer es poder (judicial)

“No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados. Porque con el mismo juicio que juzguéis habéis de ser juzgados, y con la vara que mediréis, seréis medidos vosotros”. (Mt 7 1-5; Lc 6, 37-42)
Después de la sorprendente Sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 de Jaén, condenando a una mujer a 45 días de cárcel y prohibiéndole acercarse a su hijo, la decisión del fiscal jefe, José María Casado, de recurrirla ¡porque le parece leve la pena impuesta! nos obliga a pellizcarnos para ver si estamos soñando. Si a muchos damnificados por la comisión de delitos se les deja desprotegidos porque no les queda siquiera el consuelo de la reparación que supone el castigo al autor, el caso de Jaén se sitúa en el peor de los escenarios posibles, en el menos inteligible: convierte a todos los implicados en víctimas... de la propia sentencia. A menudo, bajo los pliegues y entre los recovecos de lo jurídico, se nos escapa el sentido de determinadas resoluciones y no hay modo de que en ellas encontremos la Justicia.
Ciertamente, hay ocasiones en las que, cuando hablamos de culpas por lo leve de las penas, los jueces comparten responsabilidad con los legisladores y hasta –a mi juicio- quedan un escalón por debajo de éstos. La manifiesta insuficiencia de las condenas y de su cumplimiento, es un hecho al que no hay derecho, pero su primera causa es la lenidad de la norma. El caso del juez Tirado puso de manifiesto otro aspecto de la cuestión: el corporativismo de la judicatura.
Los gobernantes de uno u otro signo reclaman o manifiestan respeto a la independencia judicial pero no la favorecen al politizar la justicia y al judicializar la política. También se incurre en ello por omisión cuando un fiscal, motu propio o siguiendo instrucciones, se abstiene de llevar ante los Tribunales a determinados delincuentes. Presuntos, claro. Al abordar el problema, hay que obviar a la Audiencia Nacional al completo, desde Gómez de Liaño, separado de la carrera, al juez Garzón, y desde el juez del Olmo, instructor del 11-M, a Gómez Bermúdez (y su mujer), presidente del Tribunal que lo enjuició. Todo lo que rodea a ese órgano genera suspicacias.
Alfonso Guerra derogó a Montesquieu pero Aznar, cuando pudo, no quiso recuperarlo para el universo judicial. Ahora bien, tal y como está el tema ya no tengo tan claro que los miembros del Consejo General del Poder Judicial deban ser jueces, nombrados entre los del gremio. La profesión lleva implícito un delirio de grandeza, una sensación patológica de divinidad. Puede que esa sea la causa de que haya sentencias que no son de este mundo. Con las excepciones de rigor, los justicieros están a años luz de los justiciables. No sé si el jurado, funcionando de verdad y no como un experimento inacabable, en pruebas eternas, sería solución.
A la Justicia habría que despojarla de su paralizante burocracia, de sus perfiles mitológicos y de su peluca rococó y dejarla en un mero servicio público. Eso sí, un servicio de impecable funcionamiento porque es esencial para la convivencia en sociedad y forma parte del núcleo duro de la democracia misma. Por eso, sus enormes carencias preocupan tanto a los ciudadanos.
El proceso de dinamitar la autoridad de los docentes y de los padres, al que en absoluto han sido ajenos los jueces, acabará arrollándoles. Les llegará por mucho que crean estar por encima de los avatares humanos. Es como el mensaje del Reverendo Niemöller: “Primero fueron a por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después fueron a por los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después fueron a por los católicos, y yo no hablé porque era protestante. Después fueron a por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí.” Realmente, no es un canto a la solidaridad, antes al contrario, y aunque supone un aldabonazo en las conciencias, actúa apelando a nuestro egoísmo. Nunca el peligro está lo bastante lejano para que deje de suponer una amenaza. La sensación de impunidad es falsa y engañosa. En lo que a los jueces concierne, podrían ser, si se descuidan, alguaciles alguacilados.
Mientras tanto, Bermejo, ajeno a todas las injusticias, no parece tener otro ansia que hacer honor a su apellido.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Con nombres y apellidos

Sí, es verdad que me gusta darle vueltas a las cosas, pero es que lo que han dado no son explicaciones sino ruedas de molino. Porque, si fuera cierto lo que afirma Ignasi Llorente, secretario de comunicación e imagen de ERC, que Joan Tardà, el caganer del belén, se refería a Felipe V, después de aquello que dijo tendría que haber gritado “Visca l’Austria” en vez de “Visca la República”. Ese fue el primer Borbón que reinó en España y para acceder al trono se enfrentó en lucha dinástica con el Archiduque Carlos, a quien se apoyaba mayoritariamente en Cataluña. El Decreto de Nueva Planta afectó a más reinos hispánicos pero el nuevo modelo territorial que implantó, con una concepción centralista (ya se sabe cómo son las franceses para eso), y el establecimiento del castellano como lengua oficial de la administración, ofendió a los catalanes sobremanera. El bombardeo a que se vio sometida Barcelona, por el mariscal de Berwick, tampoco sería el último: en 1842, Van Halen, cumpliendo ordenes de Espartero, hizo otro tanto desde el Castillo de Montjuich. Años antes, cuando la sublevación de “Els Segadors”, Pau Claris había declarado la República Catalana. De todas formas, tres siglos de rencor parece mucho tiempo.
Es cierto que en esos aquelarres antimonárquicos les da por quemar la foto del Rey boca abajo. Lo hacen a imagen (nunca mejor dicho) y semejanza del retrato de Felipe V que está colgado del revés en la ciudad valenciana de Xàtiva, por haber ordenado el incendio de la población. “Xàtiva la socarrada”, se le llama en recuerdo de ese episodio de la Guerra de Sucesión. Oí en la radio, unos días después, cómo otro diputado de Esquerra –no recuerdo el nombre- calificó el mitin como “misa negra”. Esas algaradas, con las teas y las piras, con las fallas en las que destruyen todo lo que aborrecen y temen, se sitúan a medio camino entre el acto de afirmación nazi y la orgía amenazadora del Ku Klux Klan. La tétrica escenografía tiene derechos de varios autores, así que se podía dar un paseo por allí Teddy Bautista, a ver qué encuentra. Lo que no pueden eludir, por irrenunciable, es la responsabilidad pedagógica que atañe a los representantes institucionales.
¿Y lo de “Borbó”? ¿Qué es eso de traducir un apellido? ¡Con el rebote que pilló Carod porque le llamaron José Luis en un programa de la tele! Todo el mundo pensó en un Borbón, en el de ahora, ¿en cuál sino? Y nos dio por pensar en él por ser reborbón, Borbón al cuadrado, o, mejor dicho, doblemente Borbón: Juan Carlos de Borbón y Borbón, de los Borbones de toda la vida. Fonéticamente recuerda al lugar de donde eran los tontos que decía Pedro Castro –que no era Getafe, precisamente- y así, el miércoles, sacaba Tomás Cuesta una columna en ABC a la que titulaba Tocada de Borbones. Pues si éramos pocos, se sumó Fraga Iribarne con su cazurrería primaria. Siempre me ha recordado a Manolito el de Quino, el tosco e inculto amigo de Mafalda. Fraga, cuando hizo famosos a sus tirantes, sentenció que la calle era suya, como hubiera dicho Manolito de la tienda de su padre. La idea era la de Luis XIV, el Rey Sol, otro Borbón: “El Estado soy yo”. La historia se repite; el culo y las témporas se vienen confundiendo desde Atapuerca. Cada uno en su estilo, comparten, Fraga y Tardà, cara de brutos. El primero en versión anciano, el otro luciendo en todo su esplendor.
¿Simples excesos verbales? El predicado de algunos sujetos pide más que una oración, requiere un rosario, una estación de penitencia completa. Lo que está claro es que de responder ante los Tribunales, nada; de esa quema sólo se salvan los nombres famosos y apellidos ilustres. A las gentes anónimas, con nombres y apellidos pero que son unos perfectos desconocidos, las dejan colgadas… estooo, que son las únicas que acaban apechugando, vaya. Que se lo pregunten a Guillermo Torres y a Manel Fontdevila. ¿Que quienes son? Los autores de la sancionada portada de El Jueves. Dirán que como siempre está en medio.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Escalada de burradas

Otro que tal. A Fraga también le va la marcha del palo y tente tieso. A éstos los dejas y resuelven sus discrepancias en un duelo a garrotazos como el del cuadro de Goya, la eterna alegoría del gusto español por el cambio de impresiones. Y es que, aunque no sea del agrado de los chicos de Esquerra, por mucho que no lo quieran admitir, cumplen con la tradición y se atienen al tópico.
¡Que espiral de necedades!
Ya hay quien ha advertido que no cabía descontextualizar las declaraciones, que todo era una broma. Lo que afirmó el Presidente Fundador del Partido Popular –según sus exegetas, sus panegiristas y sus fieles (los que le queden)- es que para sopesar algo, nada como colgarlo. Traducimos: quiso decir que para ponderar el peso específico de los nacionalistas dentro de la política española, había que colgarlos de una romana. Vaya, que este juez de la horca no utiliza el patíbulo como instrumento de condena sino como elemento probatorio. Hay a quien le das cuerda y se ahorca solo. Aparte que da igual si se refería a eso o a Felipe V, si las interpretaciones son benevolentes o maliciosas, parece que andan todos en un concurso de rebuznos.
Ciertos aficionados del Betis fundaron una peña con un nombre que no dejaba lugar a dudas: “Lo que diga don Manué” (Ruiz de Lopera). Eso sí que es la fe del carbonero. Este otro don Manuel tampoco es de maneras versallescas que digamos. Ya adelantó tiempo atrás que estaba mayor para morderse la lengua (igual se envenena) y para andar dando explicaciones. Cualquier día le da por pedir en el Senado que se establezca la Ley de Lynch.
Mal nos irá si la emprendemos a tortas, si intentamos resolver las diferencias por procedimientos expeditivos. Si se tratara de cosas suyas, que las solventaran como quisieran, pero lo que pretenden arreglar a guantazos nos concierne a todos. Y de los temas que llevan entre manos (y por los que no tienen que llegar a las manos), estos son sus (nuestros) representantes. Como decía Ortega, “no es eso, no es eso.”
En fin, otro que tiene justificaciones cabales. Al que no tenga excusa que lo ahorquen.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Homosexual y apaleado

Hace quince días, el 27 de noviembre, un hombre resultó muerto y otros dos heridos en una pelea entre gays, por cuestión de celos, en Madrid. Hubo entonces quien se preguntó –admitamos que con una pizca de cinismo y bastante mala leche- si había que enmarcar el suceso en la violencia de género y, en tal caso, en cuál: ¿el masculino, el femenino o quizás el neutro?
Ayer, el diario El Mundo publicaba la noticia que ilustra la imagen de arriba y que se refiere a Jose L. S. y a la chica de la foto, Rocío Ruiz, ambos víctimas de la violencia de pareja o doméstica, que es como tal vez se debió llamar siempre, ya que el género es un accidente gramatical, una de las categorías en que se pueden dividir los sustantivos, adjetivos y pronombres. El primero llamó al 016, al teléfono de atención a mujeres maltratadas, y no le atendieron, y Rocío solicitó una orden de alejamiento que no le fue concedida. Además, en una de las asociaciones de mujeres a las que acudió, le dijeron que no le podían dar la asistencia jurídica gratuita establecida en el artículo 20 de la Ley de Protección Integral, porque su agresor no era un hombre. La periodista autora del reportaje, Amaya García, afirma que el periódico contactó con el Ministerio de Igualdad, pero no obtuvo contestación. El suelto da respuesta al interrogante formulado: no es violencia de género.
A ver si al final tenían razón quienes reclamaban un tratamiento distinto del problema, castigando el delito sin predeterminar quién fuera la víctima o el victimario ni el sexo de una u otro. Tampoco, por supuesto, la orientación sexual puede ser un dato a tener en cuenta. Los defensores de la norma, tal y como está redactada, se posicionaron en la idea de que la agresión de una mujer a su marido era... ¿qué era inconcebiblemente machista o feminista? No pensaron en esta situación. De todos modos, hacer aquella “discriminación positiva” se ha revelado perfectamente inútil o, incluso, contraproducente.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Derechos humanos y control de esfínteres

Hoy se celebra el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la que siempre se llamó “Declaración de San Francisco”. Todavía son muchos, muchísimos, los países y regímenes que no los respetan, que (con perdón) se cagan en ellos. No vamos a enumerarlos porque son más que los otros.
Por cierto, acabo de sustituir la imagen que tenía en mi bitácora y que enlazaba con el texto. He puesto otra más moderna.
Son también muchas las personas que ignoran los Derechos Humanos, que al tiempo que los desprecian se cobijan en su seno. El cagón de Aitzol Iriondo (Gurbitz) es de los que se cisca en los Derechos Humanos (por más que luego exigirá su observancia para sí y los de su piara) y se mea en los pantalones cuando lo detienen.
Deseo fervientemente que se respeten los derechos humanos a escala planetaria e individual. También en lo que respecta a ese tipejo. Pero no me pidan que le tenga respeto a él como ¿persona?
¡Con lo valiente que se muestra Gurbitz para asesinar por la espalda a seres humanos, a la hora de matar a personas desarmadas! En lo sucesivo, la policía habría de colocar a los de ETA, cuando les detenga, unos pañales después de las esposas. Eso sí, mientras les informa de sus derechos.

martes, 9 de diciembre de 2008

Chulos al volante

La edad de la ignorancia es una hermosa y ácida película del canadiense Denys Arcand, el autor de El Declive del Imperio Americano, que retrata con humor y ternura el vacío existencial, el desmoronamiento de los sueños y la frustración que abruman a un hombre de clase media al cruzar el ecuador de la cuarentena. En el momento álgido de los infortunios, cuando parece que no caben más desdichas en su vida, el protagonista se ve acosado en un semáforo por un energúmeno que le pita y le irrita, hasta sacarlo de sus casillas. Jean Marc –que así se llama- abre la espita de los nervios y empotra su coche contra el del imbécil de atrás, dejando al vehículo para el arrastre y al conductor con la mandíbula desencajada de sorpresa.
Líbreme Dios de predicar la violencia ni siquiera como respuesta frente a quienes la justifican, la jalean, incitan a ella o la practican, pero en ocasiones ocurre que, en solidaridad con el agredido, nos identificamos con esas reacciones exaltadas y nos reconforta ver que quienes van por la vida perdonando a los congéneres la suya, encuentran alguna vez la horma de su zapato. Vemos en ello a modo de una reparación moral, una cierta justicia poética. Ese mismo mecanismo psicológico explica la leyenda urbana que circula por Internet (¿dónde si no?) Para el que no la haya leído, se trata de un chuleta de estos que van con el buga tuneado, el bacalao atronando en su radiocasete y en un radio de cincuenta metros alrededor, de los que, si se cruzan con un colega, paran el coche y todo el tráfico rodado. ¡Y no se te ocurra llamarles la atención! ¿Quién no se ha encontrado con alguno? No pretendo hacer una descalificación global del estereotipo, sino describir al individuo del que estoy hablando. Bueno, pues resulta que uno de esos metrosexuales depilados hasta las cejas, de los que les dura la adolescencia hasta los veintitantos y siguen necesitados de que les presten ojos y oídos, aparcó detrás del Mercedes de un señor de edad que estaba sentado al lado, en la terraza de un bar, con su mujer. Cuando el matrimonio se dispuso a marcharse le pidió al joven que retirase el coche para poder sacar el suyo. El chaval tiró de repertorio para vacilarle a la pareja (“Tranqui tío, ¿qué prisa llevas? Te vas a estresar”) y no mostró voluntad de hacer caso ni pidiéndoselo por favor ni claxon mediante. El hombre, harto pero no alterado, se subió al coche, metió la marcha atrás e, igual que Jean Marc, lo estampó contra el carro reluciente del niñato. Éste se quedo blanco y sus propios compis le hicieron desistir de tomar represalias. Según se cuenta en la historia, el conductor del Mercedes le dijo algo así como: «mira hijo, para ser chulo hay que tener dinero y cojones. Ahora saca los papeles que va a pagar mi seguro pero tú vas a tener el coche dos meses en el taller.» Los circunstantes, siempre según la leyenda, prorrumpieron en una sonora ovación.
Y ahora, díganme: ¿no han sentido ganas de que le hagan algo de eso al Tardà y compañía, que alguien le pare los pies a esos chulos que se divierten empujando al Estado (que no a la Corona) hacia el borde del abismo? Pues, en lugar de eso sale Bono a poner paños calientes. Así nos luce el pelo (al resto, a Bono le luce que no veas).

N. del A. Aunque guarda una lejana relación en la temática, cualquier parecido entre esta entrada y la anterior es pura casualidad.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Padres asesinos

Esta vez el enunciado no se acompaña del latiguillo habitual (“y madres”) por la misma razón, precisamente, que en otras circunstancias se impone: lo políticamente correcto.
El anuncio de la DGT es infame y gilipollas. Vale que lancen una campaña para concienciar de la importancia de colocar el cinturón de seguridad a los niños, sin embargo, lo que han hecho, confundiendo lo impactante con lo insultante, es injustificable. El bodrio es sintomático de la manía normativa del gobierno, de su obsesión ordenancista, de su irreprimible deseo de entrometerse en vidas y haciendas, de invadirlo todo, de no dejar que nada escape a su control. Tampoco la familia puede gozar de libre albedrío y, a ese fin, la televisión, es el Gran Hermano, el perfecto instrumento de control y manipulación. Insisto: estoy de acuerdo con colocar el cinturón (aunque la mayoría de coches han empezado a incorporarlo en los asientos traseros hace poco) pero no con equiparar el que se deje de hacer al maltrato.
Aparte, el anuncio es revelador de otras cosas. ¿Por qué la madre, en lugar de asesinar al hombre con la mirada, en vez de censurarle su falta de autoridad, de criminalizarlo, no coge y le pone el cinturón al niño, coño? ¿La igualdad no exige corresponsabilidad? ¿En qué quedamos? ¿Que le da igual lo que le pase a su hijo como no le importa cometer la misma falta que tan severamente reprocha con su gesto? Si tan evidente resulta el delito, ¿qué pasa, que la mujer prefiere imputárselo al marido en vez de evitar que el niño sufra daño?
Está claro: culpabilizar a la madre, al mismo nivel que al padre, no es políticamente correcto. La corrección política es una gigantesca generalización, lo que supone incurrir en una colosal y absurda injusticia, en este caso, la presunción de culpabilidad global para los hombres. A esto estamos llegando.
Lo espeluznante de la cuestión es que si le pasara algo a ese hijo de ficción, si por desgracia sucede eso que se sugiere, ya sea por despiste, desconocimiento o desidia, el que lo sentiría de verdad sería el padre (y la madre), no el hijo de... del Director General de Tráfico o del publicista. Sin perdón.
Lo dice uno que lo es (padre) por triplicado.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Políticos: ¡a trabajar!

Eso, dicho así, chirria, parece una contradicción en términos o, como se dice ahora, un oxímoron. Tras las loas, los homenajes y las glosas almibaradas que van implícitas en todo aniversario, hay que encender el espíritu crítico y doblar el lomo.
Para empezar, estando situado Zapatero entre los buenos, según el dictamen de la corrección política, o sea entre los nacionalistas (antes los buenos eran los progres a secas), debe hacerles entender a éstos que la lengua española –hablarla y conocerla- no es de fachas. Los que aquellos tienen por fachas –lo sean o no- están incapacitados de entrada, vetados para dar explicaciones, así que tendrá que ser él quien lo haga. Todo está en emplear su legendaria capacidad de persuasión y de diálogo. Hasta podría ser ése el inicio de una especie de pacto de Estado, de una bella amistad. No creo que resulte. Parece que ahora no se lleva tan bien con esa cuadrilla, pero no hay más que fijarse en Baleares, Galicia o Cataluña para ver que socialistas y nacionalistas conviven en simbiosis política: se necesitan mutuamente. Son las cosas del amor, que también tiene sus rachas. Eso sin contar con el hecho de que, donde existen con personalidad propia, están contaminados del virus del nacionalismo hasta ser irreconocibles y quedar prácticamente asimilados. O sea, que Zapatero ha de utilizar mano izquierda (se le supone como al militar el valor ¿no?), y Amor y Pedagogía para acabar con los prejuicios estúpidos. Todo menos usar la táctica de “si no puedes vencerlos, únete a ellos”.
“De Espanha, nem bom vento nem bom casamento”, dicen en Portugal, que viene a ser lo que en Valencia se enuncia así: “Quan el mal ve d’Almança a tot el món alcança” (no hay alcançar, está abastar, assolir, arribar, con significado próximo a alcanzar en español, pero lo importante era que rimase: se castellaniza el verbo y ya está). En fin.
Se cuestiona la necesidad de acometer reformas constitucionales. Las únicas llevadas a cabo hasta ahora, por la fuerza de los hechos, han sido las del Título VIII y las que afectan a los nacionalismos (su misma presencia en las instituciones, condicionando una y otra vez las mayorías parlamentarias, la definición de nación en suspenso, el artículo 3º, sobre la lengua, derogado de facto) y se ha aplazado sine die lo que verdaderamente interesa al conjunto de los españoles: la Corona, la propia estructura del Estado, recuperar la separación de poderes que estaba en el espíritu del texto primitivo, revisar las referencias que causan daño a personas y valores (el carácter integrador de las penas privativas de libertad, por ejemplo), jubilar al Senado, establecer un máximo de mandatos para los Presidentes, forzar la democratización de los partidos imponiendo sistemas de primarias o cosa parecida, eliminar los cupos en el nombramiento de miembros de órganos clave, establecer límites a la intromisión en la vida de los ciudadanos, poner topes al afán invasivo y regulador de las instituciones, replantear la Ley Electoral y el cómputo de la representatividad... ¿No es un absoluto desafuero que prevalezca la voluntad de los nacionalistas? ¿No supone una distorsión de la esencia de la democracia que, empezando con la declaración de intenciones de respetar los derechos de las minorías (algo muy saludable), acaben éstas por imponer sus criterios, por dictar su ley? Algo no funciona cuando la Constitución sirve de excusa para no llevar a cabo sensatas reformas legales que servirían para endurecer las penas de violadores, pederastas o terroristas, o que cumplan las condenas que se les impongan, pero no supone un freno para el voraz apetito de los nacionalistas. Este es el principal escollo, el reto más complejo al que nos enfrentamos.
Después del pasote que s’ha marcao el colega Tardá, con lo de “muerte al Borbón”, ¿se entiende mejor lo de mi post de ayer sobre los “elementos sospechosos”? Son malos compañeros de viaje y es flaco el favor que le hacen a la causa republicana, si es que pretenden hacerle alguno. Hemos llegado a un punto de no retorno con sólo dos alternativas: o independencia a la carta y a tomar por saco, o a refundar el Estado sin complejos, y tratar de recuperarlo física y anímicamente.
Para vetar ese u otro debate, como te descuides, sacarán a Franco o a Primo de Ribera (don Miguel) a paseo. El espíritu del dictador sigue sobrevolando la capital. Ayer pasó por Fuencarral hacia la Gran Vía como una exhalación. Si llega a haber un radar en un ático o azotea, no le habrían dejado un punto en el carnet. ¡Cómo iba el pájaro!
P.S. Dos días después de publicar esta entrada, Ignacio Camacho, en su habitual columna de ABC (Aporía de la Constitución) propugna un cambio político, pero no de la Norma Suprema ni de las fórmulas electorales, sino de estrategias, de manera que los nacionalistas conserven toda su representación. Es interesante su idea de que más vale tenerlos dentro que fuera, aunque -al margen de que se aprovechen de los mecanismos legales para ir contra la misma legislación que les ampara- no sé si dejarán...

sábado, 6 de diciembre de 2008

Elementos sospechosos

Como decía unos posts más abajo, mi deporte favorito era la discusión, pero me aburrí de polemizar y me dio por el ciclismo. La bicicleta es más sana pero también más cansada, una actividad más física y con menos química, así que di pedales hasta que me harté de las apreturas del maillot y del culotte, de la ridiculez del dodottis incorporado, una especie de compresa XXL de gomaespuma, y de las fatigas de la carretera. No me colocaba el gorro para protegerme sino para que no me conociera la gente. Los ciclistas dicen tener una relación especial con su bicicleta, a mí nunca me ocurrió. En los insoportables días de viento, me daba por pensar que no había salido a luchar ni contra los elementos ni contra las elementas (antes se decía así). La modernidad incorpora unos vocablos y desecha otros, y la corrección política del lenguaje tiene algo de moda: unas veces impone el femenino y otras lo proscribe. Después de una caída dolorosa, la bicicleta acabó en el balcón oxidándose, con las ruedas deshinchadas y llena de polvo, irrecuperable, junto a una botella de butano y tres macetas, dos vacías, encajada la una en la otra, y la tercera con un tallo mustio y la tierra dura y reseca. Al verla, me acuerdo y le meto patadas de rabia. Sin embargo, en vez de volver a la polémica, al menos en tertulia con nadie, he regresado a la lectura, a la discusión conmigo mismo y, ocasionalmente, al cambio de impresiones por escrito. ¿Por qué digo todo esto? No sé, me he perdido.
Ayer, el periódico La Razón señalaba a la Monarquía como la institución más valorada entre los españoles. A mí, conste, no me preguntaron. En Público sacan hoy la Constitución en portada y plantan este titular: “No es la Biblia”. Y si lo fuera, ¿a ellos qué? En páginas interiores, se desarrolla el asunto: “El PCE se desvincula de la Constitución de 1978 y llama a una ‘ofensiva republicana’”, a la vez que “defiende ‘desmontar el mito’ de que España le debe al rey ‘la democracia y la libertad’”. En eso, coincido con el PCE (por cierto, ¿aún queda alguien ahí?) a condición de que no se adjudiquen ellos el mérito. Estaría bueno. García Trevijano, notario y notorio republicano, aseguraba Carrillo que suscribió los Pactos de la Moncloa porque se quedó deslumbrado cuando le invitaron al palacio de ídem y descubrió la cautivadora sensación de que un criado te deslice una silla bajo el culo. Nunca lo he probado conque no lo sé. Como decía aquel viejo aforismo sobre la izquierda –que seguramente suscribiría Vázquez Montalbán- fueron a tomar el palacio de invierno y no pasaron de la cocina. Santiago (y cierra España) es un político amortizado y en entredicho. Él y Fraga forman el yin y el yang, las dos caras de una misma moneda. Son elementos de Transición. Frente a éstos –y junto a ambos- hay mucho elemento sospechoso suelto; sospechoso de aventurerismo, de propugnar el salto al vacío y de tapar su mediocridad con críticas acerbas a las imperfecciones de las obras ajenas. Son elementos que le recuerdan a uno, como el plutonio y el estroncio, el veneno letal y la descalificación soez. Treinta años después, seguimos pensando que la Constitución y lo que de ella se sigue es algo provisional y por más vueltas que le damos al envoltorio no encontramos la fecha de caducidad. Ahora bien, la mala calidad de la legislación que se viene dictando en la actualidad actúa de antídoto respecto a los ataques a la Carta Magna. Continuamente la están haciendo buena.
Tras el entierro de Ignacio Uría (y la infame partida de cartas) queda una imagen en la retina, si no de consuelo, al menos aprovechable: la de Rajoy y Zapatero juntos. Durará poco, probablemente menos que el lío montado en la FEMP por su insensato presidente. Hay un hadiz que aconseja: “Confía en Alá pero ata primero a tu camello”. Aquí no confiamos en nadie y nada dejamos atado. Será porque nos recuerda a algo. Al margen de las críticas justificadas y razonables, me da la impresión de que estamos contagiados por los partidos nacionalistas: hasta CiU, que participó en su elaboración, reniega de la Norma Suprema. Entre unas cosas y otras, hemos llegado a un estado depresivo, a añorar el espíritu ilusionado de la Transición, el compromiso, la negociación, el debate tan apasionado como civilizado, el consenso y la concordia. A la Constitución le vendría bien un repaso en profundidad, pero, tal y como está el panorama, y con determinados elementos sospechosos en danza, el que quiera, que la celebre; el que no, no, pero de momento lo mejor sería dejarla estar.
Si bien nos retrotrae a Fernando VII, el de “vivan las caenas”, el que usaba paletó, el Deseado (luego se arrepentirían), don Fernando el de los güevos colgando, Fernando que es gerundio, aquel bellaco del “vayamos todos y yo el primero por la senda de la Constitución” (mentira podrida, claro), “La Pepa” es una referencia válida. Recordándola, y sin que sirva de precedente, gritaré ¡viva La Nicolasa!, que, además de la onomástica del día, es el nombre de mi abuela (q.e.p.d.).

viernes, 5 de diciembre de 2008

Sin dudar, sexo

El pasado 1 de diciembre, se celebró el Día Mundial contra el SIDA y la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana regaló condones a montones. Iban destinados a los… valencianos y no como en Cataluña, que los enviaron a Mozambique, Guatemala y Etiopía. Cuando se supo, además, de la liberalidad de los catalanes, se recordó el episodio aquél del barco de profilácticos que mandaron los chinos a Cuba (cuando eran comunistas de verdad; ahora, se los venderían en un bazar todo-a-un-euro) y el cachondeo que se organizó en la isla por el tamaño del adminículo. “A caballo regalado”, dirían los asiáticos. Sirvieron –se dijo- para elevar la moral de los cubanos. ¿No se acuerdan del juego: "A La Habana ha llegado un barco cargado de..."? ¿O no era así? A los de aquí, por lo menos, les tendrán cogida la medida.
De modo que no se puede decir que la idea de la Conselleria sea original. A mí no es que me parezca mal pero me llama la atención ver, quiero decir imaginar, o sea pensar, es igual, dejémoslo, dónde se mete el dinero de los contribuyentes, a donde van a parar los impuestos que pagamos.
Cuando empezó esto de las autonomías, un amigo que era una fiera (opositando, no vayan a pensar) sacó plaza en Presidencia de la Generalitat. Entonces estaba lo del Consell Preatonòmic. A pesar de que eran novatos, los políticos de aquella hora temprana sabían que había que rodearse de una cohorte de funcionarios que proporcionaran sensación o certeza de poder. Así que, cuando tomó posesión de su cargo de técnico, les preguntó a los auxiliares cuál era su cometido. Más que nada para acoplarse al tema. Aquéllos respondieron unánimes que en realidad no se ocupaban de nada, que estaban esperando que llegara él para que les dijera lo que tenían que hacer. El pobre acabó corrigiendo los borradores de las disposiciones legales. No se vayan a creer: lo que revisaba eran las faltas de ortografía, aunque con tan poca fortuna que los textos salían publicados en el diario oficial tal y como le habían llegado. No le iba lo de tocarse los huevos como al del chiste, así que se hartó y renunció al puesto de trabajo.
A mi amigo le apasionaba el derecho, sobre todo el administrativo. Para gustos, colores. Yo, lo único claro que tenía es que el derecho penal no guardaba relación con la rectitud del pene. Él me explicaba la teoría del órgano (administrativo), sus partes, el acto (también administrativo), que el órgano corporativo (sí, sí, de cuerpo, claro), es el que está formado por más de un miembro (aquí no vale lo de miembra). A mí todo aquello me parecían marranadas.
Por lo menos en algo hemos avanzado: el órgano ya tiene su función específica (me parece), y a los preservativos no les hace falta prospecto ni manual de instrucciones.
N. del T. Para los no iniciados, el mensaje de la caja que aparece en la imagen es: "sexualidad sin dudas".

jueves, 4 de diciembre de 2008

Lo divino y lo humano

El otro día me puse a pergeñar adivinanzas: “¿Todo ateo es por (auto)definición un desalmado?” No era algo descalificatorio sino una reflexión en voz alta con el único objeto de hacer un juego de palabras –en su sentido más literal- y de conceptos; una greguería en forma de interrogación. Ni que decir tiene que la respuesta era negativa: un agnóstico (y siguiendo con la broma, incluso un ateo confeso) puede ser tan beatífico y piadoso como cualquiera. Yo, antes, era de vocación polemista; la discusión empieza a cansarme.
Ayer le oí decir en RNE al Párroco de Loyola –cuya basílica está situada a escasos 100 metros del lugar del crimen-, que el sitio era, desde que mataron a su amigo Ignacio Uría, menos humano y (titubeó: hasta los sacerdotes están condicionados por la corrección política) menos cristiano. Hace tiempo –un tiempo que se me antoja lejano pero que no lo es tanto- los seminarios eran el vivero de la banda, uno de sus mayores proveedores de material ¿humano? Hoy lo es el botellón vasco: la kale borroka.
En marzo asesinaron a Isaías Carrasco, un empleado de la autopista; ayer a un empresario relacionado con el AVE. La autovía de Leizarán –igual que la central nuclear de Lemóniz- se cita como precedente de la oposición al tren de alta velocidad, pero aquí, en el caso de la “Y vasca”, se señala una diferencia capital: sirve para articular Euskadi con el resto de España. Razones y sinrazones para quien aspira a mandar al País Vasco de vuelta a las cavernas: txapela de piel de oso, hacha y garrota, y un trabuco carlista como elemento modernizador.
Otra vez volvemos a oír la letanía: era un hombre de aquí, de toda la vida, un vasco de pro. Edurne Uriarte la entona en su columna de ABC (Uno de los nuestros) con una intención cuya bondad no se cuestiona. Quien fuera presidente del Foro de Ermua, Vidal de Nicolás, rechazaba tajantemente esos argumentos. Él, que había padecido, como luchador antifranquista, la cárcel y el exilio, decía que era inmoral destacar esas características de las víctimas o la de ser vascohablante, porque suponía arrogarse la capacidad de juzgar a quién se mata con más derecho.
Hoy, el diario El Mundo subraya que, tras el asesinato, siguió desarrollándose (sin Ignacio) la habitual partida de cartas que todos los días jugaba la víctima y a cuya cita se dirigía puntual cuando lo cazaron los criminales. Carlos Herrera decía, esta mañana, que tal vez haya que hablar de un epidemia, de una especie de afección [in]moral en el País Vasco. Cuando el atentado a la Casa Cuartel de Legutiano, el pasado mes de mayo, yo lo afirmaba en un post: Enfermos de podredumbre. En todos los medios, junto al detalle de que en Azpeitia gobierna ANV (en este momento, no me preocupa tanto que se dieran las condiciones para que haya un alcalde de ANV como el hecho de que le vote la gente) sobresale un adjetivo: inhumano. Empiezo a dudar si no es todo lo contrario, algo Humano, demasiado humano, como decía Nietzsche. Otra cosa es que nos pongamos a buscar sinónimos (conceptuales) y los encontremos en animal, en monstruo, en ser despiadado, en bestia sin raciocinio ni sentimientos.
Pero sí, supongo que sí: son unos seres desalmados e inhumanos, que sólo provocan dolor y asco.

martes, 2 de diciembre de 2008

Breves y graves

Hay días que la prensa viene que da miedo. Hoy es uno de esos. A noticias así le cuadran comentarios breves y lapidarios.
El País: “Su seguridad está apagada o fuera de cobertura. El control telemático de los maltratadores es un avance, pero se enfrenta a zonas oscuras”. Tantas veces que estamos a vueltas con el terrorismo callejero o el internacional, lo del individuo deleznable ese, Maximino Couto, y otros de su ralea, es auténtico terrorismo casero. Que se dejen de bromas de pulseras y que no los suelten.
La Vanguardia: “India pide a Pakistán que le entregue a 20 terroristas presuntos responsables de varios atentados. Islamabad ofrece a Nueva Delhi, que ha descartado una posible acción militar, crear una comisión conjunta para investigar los ataques en Bombay”. Por si cabía alguna duda, el ataque de Bombay parece confirmar que la Alianza Contra la Civilización ha declarado la guerra.
20 minutos: “El nivel de agua baja en Venecia pero aún supera más de un metro de altura”. No sabemos si lo de Venecia responde al cambio climático pero esas inundaciones, las peores de las últimas décadas, parecen el Diluvio Universal. ¿Sodoma y Gomorra?
El Mundo: “La Generalitat traduce los apellidos de funcionarios que ganan plaza en Cataluña. En una resolución de la consellera Tura publicada en el ‘Diari Oficial’”. La última noticia es, con diferencia, la más leve. Y al cordobés de nacimiento, Montilla, ¿cómo le llamarían? ¿Blanc del Penedés?

Remodelación ministerial ya

Buscas en Google “Gobierno” (¿y para qué lo buscas ni ahí ni en otra parte?, me digo luego), y te sale “La Moncloa Home”. Bueno, hogar, lo que se dice hogar, será el de los Rodríguez, siquiera sea con la interinidad que lleva aparejado el desempeño del cargo. Sigues hurgando en la web y salta a la vista, en el rataplán de links, “Ministros y Ministras” y abajo “Consejo de Ministros” (no de Ministras, a quienes parece que no se les presta la debida atención y no se hace caso de lo que dicen). Pues va a haber que ir pensando en actualizar la página. Ha trascendido que cuando el equipo español de tenis, reciente y brillante ganador de la Copa Davis, visitó al Presidente, le pidió un ministerio de Deportes y que (esto es lo malo) el Presi acogió la sugerencia de manera muy favorable. Por el contrario (ya se sabe cómo somos los españoles) la afición no se lo ha tomado con entusiasmo. En corros y mentideros sólo se oye que no hace ninguna falta y que ahora, que va bien la cosa, a ver si llega el nuevo departamento y/o su titular y acaba con las glorias deportivas; no la cague justo cuando habíamos tomado carrerilla y cogido el gusto. No es guasa.
Por otro lado, no sé a qué viene tanto ruido porque el ministerio ya existe, su titular es –junto con Educación y Política Social- Dª Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, a quien se supone se le privará de competencias. Ya puestos, ¿por qué no uno para el fútbol, otro para el baloncesto, otro para el tenis y otro para el automovilismo?
Antes que crear nuevos, lo mejor sería prescindir de la mayor parte de los actuales. Pero como se ve que se aceptan ideas, yo pongo mi granito de arena: Deportes y Juegos de Mesa; Tapas y Aperitivos; Terracitas de Verano; Salir a cenar con los amigos; Vivienda y Cruz-a-cuestas-de-la-Hipoteca; Cesta de la compra, Vestido y Calzado; Pasta y Legumbres; Caza, Pesca y Tauromaquia; Café, Copa y Puro; Educación y Modales; Comercio y Bebercio; Exteriores, Interiores, y Decoración de Entre-Pinto-y-Valdemoro; Economía, Descuentos interesantes y Ahorro; Televisión y Basuras Catódicas; Igualdad, Libertad y Fraternidad; Justicia, Equidad y Belleza; Sarna y Comezón; Garganta, Nariz y Oídos; Relación con las Comunidades de Vecinos; Festividades Populares y Celebraciones Profanas; Intimidades y Sicalipsis; Vinos y Licores; Ataque (que es sabido que es la mejor Defensa); del Ramo y la Palma; Orden Público y Privado; Bienestar Social e Individual; Asuntos del Género; Kultura, Farándula, Espectáculos y Folklore; Sanidad, Limpieza, Ornato y Decoro; Pan Correos, Pancartas y Pancarteros; Siesta y Digestión; Fiesta y Distracción; Canon, Sociedad General de Autores, Actores y Titiriteros Hale Hop ... ¡Uy!, que voy lanzao.
Lo de Sánchez Vicario era por decir algo, no había que tomárselo al pie de la letra. No hay que echar cuenta de todo lo que se diga en situaciones así, en que uno no sabe muy bien de qué hablar. “¿Cómo estás?” “Bien o te cuento...” O aquel otro que aconsejaba: “tú siempre di que bien, si es amigo se alegrará y si es enemigo que se joda.”
¡Ah! y aviso: La noticia ha sido recibida con gran regocijo por Iñigo Urkullu y Joan Puigcercós, así como en ámbitos exacerbados del nacionalismo. Aparte de los que esperaban cargo en el PSOE, han sido los únicos a los que les ha ilusionado la idea. Luego que no digan, que el que avisa no es traidor.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Españoles fuera de España

Ay, quien pudiera,
ay quien volviera.
Qué no daría
por mirarme, patria mía,
en tu cielo azul.

(Del pasodoble Suspiros de España).

Españoles fuera de España es un ensayo de Gregorio Marañón sobre una serie de compatriotas egregios que triunfaron allende nuestras fronteras. Bien, ya se sabe que lo jodido es que uno sea profeta en su tierra. Pero este fin de semana los españoles viajeros lo que han hecho ha sido introducir otra piedra en el zapato de Zapatero. Si no fuera porque las relaciones con el pequeño Napoleón se han normalizado (es que empezaron fatal con aquel show que protagonizó nuestro Presidente en las elecciones galas: “¡Ségolène!, ¡Ségolène!”) quién sabe si no hubiéramos tenido conflicto diplomático. Porque la afrenta que hemos contemplado no se recordaba desde que nos volcaban camiones de fruta y, encima, ha partido de una paisana. En la foto de arriba se ve cómo los turistas expresan por escrito sus dudas:
—¿Qué somos? ¡Ah, ya!
—¿Y cómo dices que se escribe eso?
Ahí, en la esquina superior izquierda se aprecia (regular, porque tampoco se puede ampliar mucho, que pixela) la situación ultrajante, la señora con la pancarta: “Sarkozy, sácanos de aquí”. En la imagen de abajo, donde hay unanimidad en cruzar los dedos y las piernas (sólo una las cruza hacia el otro lado), se observa, destacado el gesto por un círculo rojo, que una mujer amenaza con enseñar un teta. Como sabe que Nicolás es un seductor y un mujeriego... ahora que vete a averiguar cómo se lo tomaría Carla Bruni. Y mira que, desde que cogieron a Roldán, nuestro Gobierno no había tenido que resolver ningún problema en el aeropuerto de Bangkok.
Fuentes autorizadas del Ministerio de Exteriores han confirmado que el mensaje de la pancarta era sólo porque rimaba (será en asonante y aún así qué quieren que les diga). Menos mal.