lunes, 31 de mayo de 2010

Fútbol es fútbol

La definición de Vujadin Boskov, un entrenador yugoslavo que tuvo el Real Madrid, es una de esas frases lapidarias que perduran por ser ocurrentes y certeras. Lo último, al menos, no se le puede negar.
El fútbol es opio de pueblo y senadores, sólo que estos lo consumen en palco VIP. Empieza el Mundial y nuestros males quedan momentáneamente aparcados. España debuta el día 16 en Durban, urbe que ganó el premio de la ONU a la Ciudad Mejor Administrada de África, y cierra su participación en la primera fase el 25 de junio, en Pretoria, trama de tráfico de influencias en la que están implicados Prenafeta, Macià Alavedra y varios dirigentes y cargos municipales del PSC. Toda una alegoría.
La última copa del mundo la ganó Italia en una final disputada a Francia y el tercer puesto fue para Alemania. Sarkozy –quien accedió con posterioridad a la presidencia de la República- y Carla Bruni todavía no se conocían, mientras que Merkel y Berlusconi ya ejercían sus cargos respectivos. A todos ellos les ganábamos en aquellos gloriosos tiempos de la Champions League.
Hace dos años, España sustituyó a Grecia como selección campeona de la Europa. Ahora, aspiramos a arrebatarle el cetro del desbarajuste económico en la competición del déficit público. Las desgracias de Grecia nunca vienen solas. Nuestros vecinos y socios del club de los PIGs deben pensar algo parecido: De Espanha, nem bon vento nem bon casamento. Sin embargo, en el Madrid están empeñados en la solución portuguesa: el año pasado con Cristiano y este con Mourinho, Florentino quiere llevar a cabo una revolución de los claveles. Sem saudade, por favor. Obrigado.
Menos mal que nos queda Portugal.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Perder el juicio

Camps tiene un juicio pendiente y ya lo ha perdido antes de que se celebre. En una entrada reciente, yo lo comparaba con Pinocho y le achacaba que no asumiera la responsabilidad política en tanto se dilucidaba la penal. Si su Pepito Grillo era Ricardo Costa, se explica el lío en que está metido.
La dirección nacional del PP pretende obligarle a dimitir en cuanto se siente en el banquillo, según la información que publicaba el lunes El Mundo. Ese mismo día, otros medios aseguraron que algunos dirigentes estaban barajando sotto voce la idea de que Camps se hubiera vuelto loco. Hasta Rajoy le evita, quizás pensando si lo suyo será contagioso, y prefirió irse a comer caracoles a participar en un acto de desagravio.
Aunque ya se le pudo observar alguna rareza y se vieron indicios que apuntaban en ese sentido, el problema se hizo patente al sentir que se estrechaba el cerco judicial del caso Gürtel. Entonces, empezó a manifestar síntomas preocupantes que sembraban serias dudas sobre el estado de su salud mental. Su pulso para mantener en el puesto al Secretario General de los populares valencianos, en contra de los designios expresados por la cúpula, adquirió tintes vodevilescos y se interpretó como una chaladura. Protagonizó una desabrida intervención en las Cortes Valencianas donde afirmó que a la oposición le gustaría verlo “tirado boca abajo en una cuneta”. Cuando el Supremo ha ordenado reabrir el proceso, se le ha crispado todavía más el gesto y el tono y ha asegurado sentirse como Juan Sinmiedo y que era muy feliz. A quien no ha mencionado es a la mujer del César.
Mientras en Valencia no saben si cerrar filas o abrir el melón sucesorio con su correspondiente navajeo, en Madrid están pensando completar su vestuario regalándole una camisa de fuerzas.

lunes, 24 de mayo de 2010

Burros de carga

Los burros son los que van a soportar la mayor parte de la carga de la crisis.
Esta semana pasada me llegó un correo –de esos que circulan por la red- de este tenor:
“Se solicitó a un prestigioso asesor financiero que explicara esta crisis de una forma sencilla, para que la gente de a pie entienda sus causas. Este fue su relato:
Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran. Buena parte de la población le vendió sus animales. Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos. Y a continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros. Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó. Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los burros a 400 euros cada uno. Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca. Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron. Resultado: La aldea quedó llena de burros y endeudados.
Hasta aquí lo que contó el asesor. Veamos lo que pasó después:
Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo. Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo. Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo, no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado. El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado. Entonces pide dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.
El resultado: Los listos del principio, forrados. Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda. Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida. El Ayuntamiento igualmente arruinado.
Resultado ¿final?: Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento ¡bajó el sueldo a sus funcionarios!”
Hoy publica el BOE el Real Decreto-ley 8/2010, de 20 de mayo, por el que se adoptan medidas extraordinarias para la reducción del déficit público. En su artículo 14 se refiere a la aplicación de las medidas a las entidades locales y establece que los recursos que se obtengan de la reducción de costes de personal se destinarán, en primer lugar, “a sanear el remanente de tesorería derivado de la última liquidación, cuando éste fuera negativo”. Hablando en plata: a cubrir el déficit; un déficit que han generado el Alcalde y el Concejal de Fiestas. Llevo varios posts anunciándolo. Incluso, con algo de mala leche, se puede relacionar al funcionariado con el episodio de Pinocho en el País de los juguetes.
En resumidas cuentas, que ya han encontrado a los burros para tirar del carro.

viernes, 21 de mayo de 2010

Educación para la clase política

Echo de menos una cierta labor didáctica entre la clase política. No es preciso que se haga al modo académico de la ÉNA (École Nationale d'Administration), donde se han formado tradicionalmente muchos altos funcionarios del gobierno francés –los llamados énarques-; bastaría una formación impartida de arriba abajo, como mandan los cánones, en el seno de las propias estructuras piramidales del poder y de la partitocracia. Lo que pasa es que la pedagogía que aquí se aplica es justo la contraria a la que aconseja el buen gobierno y frecuentemente la decencia. Eso sí, aprenden rápido a organizar torneos cuadrangulares de fútbol, encuentros de practicantes de baile de salón, jornadas de estudios sobre giros dialectales en la comarca, seminarios en torno a la influencia que ejerce el clima en las relaciones interpersonales del vecindario, simposios de clubes de jotas, en los que se aprovecha para que el personal se eche unas risas (ju ju, jo, ji ji ji, je je, JA JA JA), y todo tipo de congresos, mesas redondas (sólo mesas, que se sepa), campañas de difusión gastronómica, del comercio y del bebercio, y festivales nacionales (o sea, de cualquier sitio menos de España).
—Al año que viene lo montas en tu pueblo que esto, como ves, luce mucho y además te cae en víspera de elecciones.
—¡La leche! ¿Y cuánto cuesta todo este sarao?
—Si quieres que te diga la verdad no tengo ni puta idea. ¿Pero es que lo vas a pagar tú de tu bolsillo?
Yo no digo que aplicando otros modelos que no fueran estas políticas de imagen de escasa rentabilidad (incluso electoral) nadaríamos en la abundancia, pero al menos no estaríamos jugando en la Champions League del déficit público. No se trata de cuestiones macroeconómicas donde haya que elegir entre fomentar el consumo y la producción para favorecer el crecimiento y reducir el paro, o contener la espiral de inflación, ni de políticas monetaristas o de tipos de interés, sino de un elemental rigor en el gasto, de un mínimo de austeridad. La Administración Local, que suele ser vivero y campo de entrenamiento para trepar hacia cumbres más elevadas en el escalafón, con muchas dificultades alcanza a prestar los servicios básicos que tiene encomendados. Aunque las medidas que está en su mano adoptar son neutrales en el conjunto de la economía, puede arreglar su solvencia o acabar de estropearla, engordar el déficit y el endeudamiento o aliviarlos, insuflar algo de aire a sus acreedores –normalmente, pequeñas empresas y autónomos- o asfixiarlos. En lo que más se parece a sus hermanos mayores es en lo de entender el servicio público como palanca de poder y en echar sobre la Administración una red tejida con dependencias personales y partisanas. Se piden menos asesores y cuando la tortilla se da la vuelta y cae del lado de la oposición, esta, convertida en equipo de gobierno, se desayuna con la cantidad de gente a la que tiene que colocar y no ve otra posibilidad que incrementar el número de puestos de libre designación. Para empezar, se hace imprescindible un cambio radical de los patrones de conducta, de las estructuras mentales. Y luego, de las otras.
Nadie está libre de culpa: ni políticos ni votantes. No se puede seguir demandando gastos, aplaudiendo iniciativas más o menos disparatadas, reclamando subvenciones sin tino, y continuar exigiendo ahorro. Eso no tiene pies ni cabeza. Da igual, para el caso, contratar para las fiestas a Víctor Manuel o a Norma Duval. Los cachés son parecidos y todos aplican la tarifa de honorarios del porque yo lo valgo.
Así que cuidado con quitarle importancia al asunto que el loro es adicto al chocolate y hay que ver las tragaderas que tiene.

Francisco, ¡el octavo!

El Sr. Camps, a quien sus correligionarios apodan El Curita, ha faltado –al menos- al octavo mandamiento, ese que reza “no dirás falsos testimonios ni mentirás”.
Es verdad que si la cosa quedara en los trajes no tendría mayor importancia, o que, como a todo hay quien gane, siempre habrá otros que se lo hayan llevado más crudo. También es cierto que, aplicando la misma regla, se podría procesar hasta a los maestros a quienes se hace un obsequio a final de curso, o que a este paso quebrarán las empresas que comercializan cestas de Navidad; pero de todas formas no está bonito. La verdad es que no. Aún suponiendo (aunque sea mucho suponer) que, por lo que concierne a los trajes dichosos, no mediara trato de favor (de lo contrario, en puridad, dejarían de ser regalos y el detalle pasaría a mayores), Paco Camps tiene que dimitir. Y debió hacerlo en el preciso instante en que reconoció implícitamente que había faltado a la verdad al realizar aquella categórica declaración de “yo me pago mis trajes”. A falta de una respuesta voluntaria adecuada, Rajoy tenía que haberlo cogido por las solapas del Milano para exigírsela.
Cuando a los políticos se les pilla en flagrante mentira (sí, ya sé que este no sería el único), se rompe el contrato de confianza con sus gobernados. Fuera de esa relación, este y los demás pecados atañen a la conciencia de cada cual. Lo característico de Pinocho no eran las mentiras por sí solas, sino lo que revelaban intentándolo tapar: su absoluta falta de responsabilidad. Bill Clinton se vio en un serio apuro no por sus escarceos (vamos a llamarles amatorios), sino por descubrirse el embuste a una Comisión del Congreso (aunque hay quien asegura que fue por encenderse un cigarrillo en pleno despacho oval después de la visita de Monica), y a Nixon le obligó a renunciar el Watergate y las falsedades con que pretendió encubrirlo.
Ya se sabe que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Aunque, puestos a tirar de refranero, D. Francisco podría responder aquello de que “no te fíes de ningún cojo, de ningún rojo (¿?, siempre pensé que el dicho se refería a los pelirrojos), y de ninguno al que le falte un ojo”. Por cierto, que a Fabra, del grupo de fieles de Camps desde que el President cobró vida propia y el Geppetto Zaplana no le mueve los hilos, se le conoce con el mote de El Tuerto. ¿Le habrá mirado? Se trata del mismo Carlos Fabra que, con la mayor desfachatez, atribuye la fortuna amasada a las cuatro veces que le ha tocado la lotería. Mira tú qué alhaja y dime con quién andas.
Cohecho impropio... efectivamente, lo hecho no es propio del cargo que ocupa.

jueves, 13 de mayo de 2010

Tomando medidas

Nos han tomado la medida. Igual da que se gestione bien que mal, que el gato sea blanco o negro y que cace o no ratones, los españoles votamos con el corazón. Ahora lo haremos (el que lo haga) con la mano en la cartera y el corazón en un puño (y los habrá que también en una rosa, así en conjunto, o sola y con la inicial con mayúscula) y, tal vez, en el ay de si vale más malo conocido o lo otro.
Es indiferente que entre todos hayan creado un monstruo de Administración con más jefes que indios, al final se la cargan los últimos. Se trata del viejo contrasentido: aunque los jefes lo hagan más y peor, los emplumados de verdad son los de la clase de tropa.
Después de la llamada telefónica del tío Sam –o del tío Tom(ador)- llega el paquete con las medidas. Se mete la tijera con saña y se presenta el asunto, para la primera prueba, cogido con alfileres. Si queda holgado, ya vendrá el ajuste posterior o apretar el cinturón mientras le queden agujeros. Estamos jodidos. Bueno, ya lo estábamos antes, pero esto es por si alguien aún no se había enterado.
Medidas para un traje de caoba, o mejor, para los tiempos que corren, de tablas de madera de pino sin barnizar.
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* “Da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones”. La frase, popularizada por Felipe González, fue pronunciada por Deng Xiaoping ante los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha, después de una visita a Singapur y Corea del Sur y de ver la rapidez con que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Senado de babel

Después de algunas dudas, la iniciativa con freno y marcha atrás de dotar al Senado de un servicio de traducción simultánea, para que sus señorías hablen como les pete y usen cualquiera de las lenguas que se emplean en el Estado, parece que sigue adelante. Si es lo que yo decía: no saben cómo meterle mano al déficit, cómo reducir costes, pero se las pintan solos para incrementar el gasto público con estupideces perfectamente prescindibles.
¿Y a los culiparlantes –que son mayoría-, quién les traduce? Yo, por mi parte, elevo preces al Altísimo para que, en un nuevo Pentecostés, lleve a los senadores el don de lenguas y los ilumine. O que caigan sobre ellos lenguas de fuego a ver si arden las ideas de bombero. Ese día espero que los apóstoles del antitabaquismo hagan novillos.
Conozco a un alcalde a quien fue una vecina a quejarse porque en su calle estaba estropeado el altavoz y no se oía el bando, que se emitía, como en muchos pueblos, a través de un sistema de megafonía. —No se preocupe usted, señora —le soltó cachazudo el hombre, —si no decimos más que tonterías.
Pues eso. ¿Qué más da que no se entienda? Llueve sobre mojado. Babel mojado.
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Nota bene: En notas musicales, Senado en silbo gomero. En letras árabes se transcribe –aproximadamente- “Zenau”. Cuenta Serafín Fanjul (Al Andalus contra España. La forja de un mito), con cierto cachondeo, que en los años turbulentos de la Transición apareció en las calles de Córdoba esta pintada reivindicativa de la lengua vernácula: “El arjamí a lä ehcueläh”. Suponía el catedrático de Literatura Árabe de la Autónoma que el graffiti se refería al aljamiado, idioma fabuloso (por inventado) que vendría a ser el español, en su variante dialectal andaluza, escrito con caracteres arábigos.

Paren que me apeo

La bolsa parece una montaña rusa. Como siga así, los corredores van a acabar echando las potas. Donde se vislumbraban brotes verdes hay una espesura de botes y rebotes de todos los colores, del verde esperanza al rojo pasión, hasta alcanzar cotas de record, muy cerca del negro. Ya veremos qué pasa cuando llegue el momento de los votos. Me da la impresión de que muchos van a ser en blanco.
Mientras tanto, siempre habrá alguien que se ponga las botas. No seremos nosotros, los zotes de siempre.

sábado, 8 de mayo de 2010

Terror en el hipermercado

A principios de semana, los rumores de contagio de Grecia, que indignaron al presidente, produjeron un desplome del Ibex 35 y de la Bolsa Española. La frase más repetida en Europa fue la obviedad de que España no es Grecia. En las manos de gente tan imaginativa tenemos encomendado nuestro bolsillo. El jueves, la locura en los mercados se trasladó a Wall Street y el Dow Jones sufrió una fuerte caída. Algunos medios informativos financieros atribuyeron la bajada al error de un broker de Citigroup al ejecutar una orden de venta. Se dice que confundió millones con billones. ¡Coño! La Bolsa de Nueva York, manejada por sistemas informáticos de negociación, a los que también se echa la culpa, atravesó por momentos de pánico.
El fallo informático es una excusa socorrida.

No tienen lo que hay que tener

Ya pueden hacer todas las escenas de sofá que quieran que esto no tiene arreglo. Se reclama una reforma laboral para equiparar la normativa a la de otros países desarrollados, cuando nuestras estructuras productivas son muy distintas. Al paso que vamos, la patronal pedirá que se implante el modelo chino en cuanto a las cotizaciones a la Seguridad Social y horarios de trabajo porque supongo que a nadie le interesa el resto del lote. En algo tiene razón Obama: No se puede consentir el chantaje del cheque en blanco. Si se ayuda a determinados sectores económicos considerados estratégicos, el Estado queda automáticamente facultado para imponer reglas y fiscalizar el destino de las subvenciones. La reforma pasa también por revisar el estatuto de los ejecutivos, no sólo para distribuir la carga de los ajustes sino para hacer recaer la culpa sobre quien, en su caso, la hubiera tenido (o al menos ha venido cobrando una pasta gansa por una mayor responsabilidad nunca asumida), por un elemental sentido de la justicia y por una política de gestos. ¿Cómo, si no, se pretende la implicación de los trabajadores en la marcha de la empresa? Nuestra clase empresarial sigue teniendo latiguillos franquistas y reclama, al tiempo, liberalismo y un intervencionismo estatal paternalista. Me quedo en Guatemala, o sea que no quiero entrar en Honduras.
Pero cuando decía que esto no hay quien lo arregle estaba pensando en el caso griego. Las medidas más importantes de las que hemos tenido noticia son las que afectan a la Administración. Naturalmente que unos y otros se atreverían a apretarles el cinturón a los funcionarios pero no a sí mismos, a políticos y asesores, que son los altos ejecutivos del sector público. La reducción de la tasa de reposición de efectivos llega a afectar a la sanidad y a la educación pero nunca llega al hipertrofiado círculo áulico del poder. En España, las empresas públicas y los organismos autónomos se han convertido en un retiro dorado, y el conjunto del aparato estatal en sus tres niveles territoriales superpuestos –y a menudo solapados- en un monstruo insaciable que ha crecido sin control, en una hidra de mil cabezas y mil bocas, en un pesebre de bicocas y canonjías con que retribuir favores. Encima, partidos y sindicatos son una prolongación de la Administración. El Estado de las autonomías resulta insostenible. Recientemente se ha sabido que en España hay unos 30.000 coches oficiales, los mismos que en EEUU para una población que multiplica por seis a la española.
Ninguno de los dos, ni el PSOE ni el PP, va a solucionar la sangría que suponen las Comunidades Autónomas. Nada de la insoportable carga que representa la Administración Pública para los contribuyentes españoles va a cambiar. Y puede que acabe hasta con el caballo del Retiro.

martes, 4 de mayo de 2010

La influencia griega

Cuando Occidente volvía la mirada hacia el extremo meridional de la península balcánica, el Peloponeso, la parte más próxima de Asia Menor y hacia las costas bañadas por los mares Egeo, Jónico y Mediterráneo, solía producirse un florecimiento en todos los órdenes, en la cultura, en las artes o en las ciencias. La influencia helenística –directa o a través de Roma- se extendió desde Iberia hasta los confines de Oriente, donde la llevó Alejandro Magno, y comprende desde Aristóteles (aunque en un sentido amplio llegaría a los presocráticos) al neoplatonismo. Impregna al cristianismo, al grueso de las corrientes filosóficas, la política y el pensamiento. A las Guerras Médicas se remontan los enfrentamientos de dos civilizaciones que ahora se quiere aliadas. La Grecia de la Antigüedad da nombre a instituciones y modos de entender las relaciones sociales: la democracia. La vuelta a los clásicos estuvo en la base del Renacimiento y tal vez los pioneros de la Unión Europea tuvieron esa idea presente cuando residenciaron en Roma los tratados constitutivos de la Unión.
La historia toma un giro insospechado y Europa, raptada por Zeus en la mitología, acude en socorro del olimpo, de una acrópolis que se desmorona y a la que apuntala para evitar su hundimiento. Eugenio D´Ors, el de los experimentos con gaseosa, el del Noucentisme, el que por mor de sus planteamientos clasicistas renegó del Modernismo, decía que “todo lo que no es tradición, es plagio”. Esperemos, ahora, mirar a Grecia para seguir inspirándonos en su tradición, en sus ruinas arquitectónicas, en lugar de copiar su ruina económica. Hay que tener cuidado en no dar el valor de lo antiguo a lo que simplemente es viejo y cochambroso, a lo que no pasa de caduco y rancio. No faltarán chamarileros que pretendan engañarnos.
En Grecia empezó todo: nuestra civilización al completo. ¡A ver si acaba ahí también!
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P.S. No quisiera haber acertado de pleno cuando advertí, hace más de un año, del riesgo de contagio heleno.
Perdón por la inmodestia y por el ripio.

sábado, 1 de mayo de 2010

Feliz día de la madre

Felicidades a todas las madres, incluso la de Rafael Díez Usabiaga, aunque por lo que a él concierne no está claro el motivo de los parabienes. De todas formas, a pesar de la dirección a la que apunta el epíteto, las madres de los hijoputas no suelen tener la culpa.
La última de Garzón: ha soltado a este elemento, acusado de pertenencia a banda armada, al asumir su alegato de que debía cuidar de su madre. Se ve que no podía hacerlo ninguna de las hermanas. Baltasar ha vuelto a no prevaricar y lo digo en serio. El problema es que confunde el culo con las témporas; en este caso, el inicio de un procedimiento por el Ayuntamiento de Lasarte-Oria (negado por el Consistorio), del que además formaría parte un inexistente informe de la trabajadora social avalando la necesidad esgrimida, con una petición de la madre del etarra. Esa es la madre del cordero y ahí está la pieza literaria. La madre que lo parió.
Cuando Ian Gibson pidió para el juez un sillón de académico, con ocasión de dictar el auto de procesamiento al franquismo, supongo que se refería a la Academia de la Historia y no a la de la Lengua, porque hay que joderse con la redacción. Una perla: “Obligación de comparecer DOS VECES EN SEMANA [¿Santa?] en la Comisaría…” (las mayúsculas son suyas). Quizás también tenga parte de culpa la mecanógrafa.
¡Madre del verbo divino y Madre del amor hermoso!

Never again

Nunca me gustó la comparación entre el Prestige y el incendio de Guadalajara porque las comparaciones entre desgracias son especialmente odiosas. Sí me pareció que en lo del petrolero había mucha afectación en la protesta y en la exigencia de responsabilidades. Ahora eso se puede ver más claro con la marea negra que se avecina sobre la costa de Luisiana. O al revés, porque Obama lo tiene negro.
Hay mucha porquería suelta.

Caídos y recaídas

Hace años que se desmanteló el 90% de los monumentos a las víctimas franquistas de la Guerra, las cruces que en muchas localidades se podían ver adosadas a los muros de las iglesias recordando a los “caídos por Dios y por España”. Aquello era una cosa bastante macabra, incomprensible y que provocaba indiferencia en casi todo el mundo –incluso en los familiares-, así que, cuando se decidió su retirada o la sustitución del mensaje, no recuerdo que nadie opusiera una resistencia significativa.
Ahora parece que quieran volver a erigirlos, sólo que dedicados al otro bando. Sería caer de nuevo en el error en lugar de reparar ofensas.
Caídos por la República y el Socialismo: ¡presentes!