lunes, 16 de marzo de 2009

El Papa ha dejado de ser infalible

Lo de la Iglesia con la ciencia es la historia de una relación difícil, tirando a imposible. Algunas veces le pasa lo mismo con la lógica y el sentido común y, entonces, no hay quién la entienda. Es el caso del niño que ha superado una grave anemia congénita gracias a la sangre del cordón umbilical de su hermano, el “bebé medicamento”.
Aquí es pertinente la distinción entre comprender una argumentación y compartir una idea. Lo digo porque se puede dar una cosa sin la otra, las dos simultáneamente o ninguna de ellas. Cualquiera puede entender que requerimientos éticos y filosóficos –además de religiosos- obliguen a la Iglesia a sostener que la medicina ponga todos los medios a su alcance para salvar una vida (o alargarla, y hasta se podría decir que prolongar la agonía) o para que un nasciturus vea la luz. Insisto en que se puede estar de acuerdo o no. Lo que no se le alcanza a cualquiera es el motivo por el que no se haga lo humanamente posible por tratar a una persona que ya está en este mundo y que tiene una vida por delante. ¿Por qué la Iglesia –casi diría que atropellando la razón- ha condenado el uso de esa técnica que ha permitido curar al pequeño Andrés? No sé exactamente cómo se lo tomará la parroquia pero me da que muchos practicantes (no necesariamente ATSs o enfermeros, que siempre serían minoría) no demasiado bien. Es cierto que la Iglesia Católica no condena (en este momento) los trasplantes y transfusiones, pero vale el ejemplo para otras confesiones religiosas. El que tenga unos pocos de años y de memoria recordará a las mujeres en España con pañuelo en la cabeza y el velo obligatorio para ir a misa. A buen entendedor, salud. El caso de una iglesia cristiana de Seattle, la Mars Hill Church, es raro: anima a sus fieles al uso de las nuevas tecnologías. Utilizan el iPhone para grabar el sermón y el Twitter para publicar sus comentarios sobre lecturas de la Biblia.
¿De qué sirve pedir perdón a Galileo por obligarle a retractarse más de tres siglos después? ¿A qué viene arrepentirse por haber quemado en la hoguera a Miguel Servet (vale que no fue por la circulación de la sangre –vaya por Dios- sino por un quítame allá esas pajas del misterio de la Trinidad y otras de esa índole) si no han sacado ninguna enseñanza?
Esta semana hemos sabido que el Papa reconoció haber cometido un error en la gestión del asunto Williamson, el obispo negacionista del Holocausto, así como en la revocación de la excomunión de cuatro integristas lefevrianos. En una carta dirigida a otros prelados, cuya existencia desveló el diario conservador italiano Il Foglio y que ha confirmado el Vaticano, Benedicto XVI reconoce que hubo fallos debido a que no se prestó atención a las declaraciones de Williamson y a la repercusión del asunto en Internet. El Sumo Pontífice se comprometió a estar más atento a esta fuente de información.
A este paso, la Iglesia se va a quedar sin doctores y sin estudiantes de medicina.

Bocadillo de embutido y estulticia

Por esta tierra, un bocata de blanco y negro es de de chorizo (o más a menudo, depende de las zonas, de longaniza) y morcilla. O sea, que si en mi pueblo oyes decir que el blanco es un chorizo, es sin faltar.
Blanco sobre Gürtel (que es tanto como decir blanco sobre negro): «En el PP tiras de un chorizo y aparece una ristra». Razón no le falta. El problema es que este individuo, que parece un pepito de ternera gallega –Galiza calidade- con esa mirada bovina, todavía no ha aclarado lo de su chalet de lujo con ático y vistas al mar; el que se está construyendo en la Isla de Arosa, a pie de playa, con evidente infracción de la Ley de Costas. De eso no ha dicho esta boca es mía. Dime de qué presumes. ¿De la paja en el ojo ajeno? Osease, consejos vendo que para mí no tengo.
Cuando oigo a Pepiño, con esa cara de empanao, es que no lo puedo remediar, siempre me acuerdo de lo que decía su paisano Cela: “no hay nada que se parezca más a un tonto de derechas que un tonto de izquierdas”.

Tiro al blanco

No a Pepiño sino al ex Presidente americano. Ahora ya no sería al blanco. Al menda del zapato le han caído tres años, tres. Y eso que no le dio. Bush tuvo reflejos, imagínate si se lo tiran a Zapatero con su (pre)visión de la crisis. Además, estaba en funciones: Obama era por entonces el presidente electo. Me he entretenido en hacer un somero listado de los premios de este barracón de feria, de las faltas y sus penas en un remedo caricaturesco de Código Penal:
10 años si le da.
15 años si se trata de un presidente musulmán.
20 años y un día si el presidente es negro.
30 años si es mujer.
Cadena perpetua si es lesbiana.
Si es presidenta y afroamericana (todo se andará), pena de muerte.

sábado, 14 de marzo de 2009

Nada por aquí, nada por allá

¿Ven ustedes esta trama de espionaje? Pues trrrrrrrrrr ¡tachaaaán! ya no está.
La prestidigitación es un arte; arte de birlibirloque. Cuando se trata de hacer desaparecer algo, se distrae la atención del espectador con un señuelo para escamotear el objeto de la vista, en la inteligencia –por parte de los asistentes al espectáculo- de que lo que aparentemente se ha volatilizado sigue ahí, oculto en algún sitio. El ilusionismo es manipulación aunque también humor y requiere siempre la complicidad del público.
Es todo un clásico el axioma de que, cuando no se quiere averiguar algo y no interesa descubrir los entresijos de un fregado, se crea una comisión parlamentaria de investigación. Pero, hasta la fecha, se hacía el paripé, se mareaba la perdiz guardando las formas. Pues con Esperanza, sanseacabó. Abracadabra, pata de cabra. ¿Para qué andar con melindres y sandeces? ¿Para qué molestarse en echar unos polvos (mágicos), en subirse las mangas, en enseñar la caja de doble fondo, un gran pañuelo de seda, unos cubiletes preparados, los naipes, o en dar golpes con la varita? El truco consistía en hacer unos pases, montar un numerito que duraba, según la entidad del cacao, un par de meses, y el aparato desplegado siempre acababa donde había empezado, con protestas de la oposición y la declaración, por el equipo de gobierno, de que quedaba demostrada su inocencia. Aquí le han dado carpetazo casi antes de que empezara a funcionar, sin miedo a las apariencias ni al que dirán; sin miramiento alguno. Se ha filtrado que unos andaban siguiendo a otro en la Puerta del Sol mientras el tal otro paseaba por Tailandia. ¿Y qué mejor juego de manos? Como luego salga el conejo del espionaje por cualquier recoveco del escenario, como se les suelte igual que un gazapo, verás qué efecto tan divertido y qué risa.
La comisión de investigación resultó ser una gran chistera.

jueves, 12 de marzo de 2009

El que suspenda, a repetir

O a septiembre, como toda la vida. Que no se trata aquí de pagar caros los errores sino de no llegar al extremo de que valgan lo mismo que los aciertos, de equiparar la vagancia al esfuerzo o el interés a la desidia. Y así pasa que donde debiera haber rigor, tenemos dejadez y lenidad; donde actividad, absentismo y donde sería deseable que no se fiscalizara, nos encontramos con un intervencionismo descomunal. ¿Inversión de valores o es que nos hemos hecho –nosotros o quien corresponda- la picha un lío? Un poco de todo. El cuidado y el aseo se ha convertido en la excepción y la norma es el remiendo, el parcheo, las costuras al aire, el borrón sin cuenta nueva y la mancha de grasa. Concedido que no todo es blanco o negro, pero tampoco es lo mismo la transparencia que el oscurantismo, la limpieza que la suciedad, la chapuza que el gusto por las cosas bien hechas. ¡Que no da igual ocho que ochenta, narices!
A lo que iba, que me enrollo y acabo perdido: el Tribunal Supremo ha anulado la posibilidad de cursar asignaturas sueltas de segundo de bachillerato, de matricularse en ese curso teniendo tres o cuatro suspensos en primero. Un fallo que es un acierto. Ahora que, por este camino, si después de cambiar los criterios académicos les da por revisar los estadísticos determinantes de que a una persona se la pueda considerar (laboralmente) activa o no, igual nos salimos en las cifras del paro. El Tipp-Ex se ha ido convirtiendo en santo y seña de nuestra existencia, en toda una metáfora vital... si la vida consintiese el autoengaño. Pero no, no consiente. Uno no puede ignorar los errores, taparlos y seguir adelante como si no se hubieran producido. Hay que aprender de ellos y rehacer el escrito. No me refiero a aquel episodio del “ácido bórico” sino a una actitud continuada de pequeña estafa, de maquillar la realidad, de hacer pasar la copia por el original y de dar gato por liebre.
Como en determinados documentos de importancia, a menudo no valen enmiendas ni tachaduras. Hay que volver a empezar.

miércoles, 11 de marzo de 2009

El juez cazón, de pesca

A don Baltasar le sacaron el mote cuando se vio que lo suyo por la caza era auténtica pasión, pero ahora, que le han descubierto poniendo el cazo, el sobrenombre le podría venir como anillo al dedo: cazón por partida doble. Apodos. Anfibológicamente hablando.
Alguacil alguacilado o Torquemada en la hoguera, el martillo de corruptos resulta que tenía debilidades inconfesables, sus pequeñas actividades heréticas. Al saberse lo del pufete, estaba veraneando (aunque fuera marzo) en el Caribe. ¡Qué ricura! Igual había ido a pescar agujas como Hemingway, invitado por los hermanos Castro o por Chávez, o –lo que es más seguro- a curarse del estrés. No ha trascendido el objeto de su viaje ni más datos que su inmediata partida a Perú, a dar conferencias. No para.
Hay que explicar la cuestión porque dicho así suena feo y esto, cariño, no es lo que parece. Es verdad que ha pillado una pasta; el problema es que no lo había declarado al jefe, al CGPJ, no ha cogido nada que no fuera suyo, era su retribución por dar clases magistrales. Además, sólo ha cobrado 4.500 $ netos al mes –lo ha dicho él-, mucho menos que cualquier profesor universitario americano. ¿Ha donado, acaso, la diferencia a la ciencia jurisconsultiva? ¿Es que todavía no se cotiza allí conforme a su sabiduría? Tiene que hacerse valer porque, si no, es una tomadura de pelo. Imagínate a Gasol cobrando como el utillero del equipo.
Por cierto que el cazón (galeorhinus galeus) es el nombre común por el que se conoce al tiburón vitamínico. Fíate tú de los cazones.

martes, 10 de marzo de 2009

Flan de huevos

¿No lo decía yo el otro día? Que alguien da algo, aunque sea una higa, él eso y dos huevos duros. Este hombre es un portento de la oferta gastronómica, siempre por delante de la demanda. ¡A Flancisco Camps se le ha ocurrido nada menos que incluir la enseñanza del chino mandarín como asignatura optativa en el segundo ciclo de la ESO a partir del curso 2010-2011! No le ha temblado el pulso, el cuerpo serrano ni la voz a la hora de anunciarlo. ¡Chupa del flasco, calasco! O, como va diciendo por ahí, por esos mundos virtuales de Facebook, González Pons, “Yes, we Camps”. Un portavoz no autorizado de la Generalitat Valenciana ha descartado cualquier relación con el quincuagésimo aniversario de la invasión del Tibet.
En tierra de naranjas, el mandarín era lo dado; al Consell de Govern el cantonés no acababa de sonarle bien. Cabe recordar que en Alicante, por influencia de la cercana Cartagena, se fundó un partido secesionista llamado Alicantón. El segregacionismo tiene esas cosas, que empiezas a trocear y no sabes dónde pararte.
El conseller de Educación, Font de Mora, ha señalado que “con castellano e inglés alcanzamos a más de 1.500 millones de personas y ahora llegaríamos a 3.000 millones de hablantes con las tres lenguas”. Le sumas el valenciano –que se ve que se le ha olvidado o que le importa un pimiento- y ya son 3.000 millones y un piquillo. Bueno, supongo que los valencianoparlantes están metidos en el equipo de los que hablan castellano.
Aunque las apariencias engañan, Camps, que es un tipo escurrido, magro, y con menos carne que un cocido de cuaresma, parece frugal. No debe ser de esos que tienen un saque que vale la pena comprarles un traje antes que invitarlos a cenar. Sobre todo en un restaurante chino con pijama de postre. Claro que si el traje se lo compras en un bazar chino, de esos multiprecio, te puede ir lo comido por lo servido. Ya veremos si de aquí a la implantación de la secundaria babilónica no lo pillan con el carrito del helado.

domingo, 8 de marzo de 2009

Obama se aclara

No es que estuviera confuso –que sigue teniendo claridad de ideas- es que, como a Michael Jackson, se le está aclarando el aspecto y la fisonomía, aunque hay que aclarar que el Presidente no usa tratamiento blanqueador. Es el pelo de Barack. Han saltado las alarmas y ha cundido el pánico. No se le va a caer (al menos de momento) pero se le está poblando de canas. ¡Sielos qué horror! Parecía mentira pero así están las cosas: Obama es humano.
El jueves, la prensa estadounidense (el New York Times, el Washington Post y la cadena Fox) alertó sobre lo rápido que ha encanecido: apenas han transcurrido 45 días desde que llegó a la Casa Blanca. Al día siguiente, los medios españoles se hicieron eco de la noticia. Según El País, durante la campaña, hizo lo que Reagan: teñirse. Zariff, su peluquero, lo niega. Zapatero, sin embargo, está pensándoselo, pero al revés, se va a llenar de hebras grises, a tintar de sal y pimienta; de ese modo se parecerá a George Clooney mientras su colega Barack Hussein se asemeja a Morgan Freeman. Por no decir a Don King. Sin embargo, las fotos comparativas que se han publicado tampoco aclaran el aclarado: la que supuestamente da fe de las canas parece más un efecto de la iluminación. El recurso es habitual en fotografía: se proyecta un foco de luz desde el fondo sobre el contorno de una figura, de manera que destaca el relieve con un fino halo blanco. Así le luce el pelo a Obama, y le reluce el perfil. Debe ser cosa de la presidencia porque hasta Clinton, el más joven de los que recuerdo, era de canez prematura. No todo iba a ser coser y cantar.
De alguna manera, los gacetilleros han asumido el papel del esclavo que, en la antigua Roma, se colocaba en el carro del triunfo junto al general victorioso en su desfile por la Vía Sacra. El esclavo sostenía sobre la cabeza del general la corona de laurel de Júpiter Capitolino y le susurraba al oído: “Oh miles gloriosus, respice post te, hominem te esse memento” (¡oh soldado glorioso, mira hacia atrás y recuerda que sólo eres un hombre!).
Las nieves del tiempo platearon su sien. Tampoco es para mesarse los cabellos porque lo tiene fácil: que use el Yustformen. Justo. Es la ventaja de no ser nada más que un hombre.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La p... España

La salida de tono de Rubianes era tan sólo un gesto hacia la galería, una boutade que rezumaba clientelismo y con la que no valía la pena perder un minuto. Su puta España tenía precedentes en abundancia. Al decir de algunos, el exabrupto es demostrativo de la españolidad de quien lo profiere. “Los reiterados dicterios del escritor, por las demasías de su carga insultante, consiguen dejarnos fríos: “Madrastra inmunda, país de siervos y señores” (¿qué país no lo es?, me pregunto); “funesta Península” (¿qué tendrá que ver Portugal en los intransferibles pleitos de Goytisolo?); “patria rezumando pus”, “país de mierda”, “funesto país”. Quizás con esta forma de producirse lo que está proclamando a grandes berridos es cuan español en realidad es Juan Goytisolo” (Serafín Fanjul: Al-Andalus contra España. La forja de un mito.) Joaquín Bartrina, poeta reusense que escribía en castellano y catalán, lo explica bien a las claras: “Oyendo hablar a un hombre, fácil es/ acertar dónde vio la luz del sol;/ si os alaba Inglaterra, será inglés,/ si os habla mal de Prusia, es un francés,/ y si habla mal de España, es español.” Sánchez Dragó tiene un libro titulado como el último verso y cuando era adolescente cantábamos una cancioncilla con música de romanza (no recuerdo de qué cantautor), que era una traducción más o menos literal al valenciano del poema.
¿Quién sino un español pudo haber inventado la Leyenda Negra? Aunque se discute sobre su origen italiano y si el término fue usado antes por un tal Juderías, por Pardo Bazán o por Blasco Ibáñez, lo que nadie parece dudar es que la fuente de inspiración principal se halla en Bartolomé de las Casas.
Unamuno, que se doctoró con la tesis Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca, pronunció aquel “me duele España porque la amo” muy versioneado después. Sabino Arana, con quien compitió en una oposición a una cátedra de euskera cuya plaza ganó Resurrección María de Azkue, fue especialmente agresivo en su antiespañolismo. Sus odios tribales, africanos, los heredó Arzallus, el avinagrado de la sonrisa invertida como la de De Juana Chaos. Iñaki, al igual que Iglesias Chouzas, es de ascendencia gallega, con fanatismo del converso y sin el factor Rh homologado. Lo de los ocho apellidos, es evidente. ¡Qué derechos históricos ni qué ocho cuartos! Si Montilla ha llegado a Presidente de la Generalitat cuando se había dicho que Cataluña no estaba preparada para ser gobernada por un charnego, ¿cómo no va a ser posible que Patxi sea lehendakari? En la desmadrada película Airbag, Juanma Bajo Ulloa fabulaba con un lehendakari negro y Obama, por entonces, apenas se estrenaba como senador por Illinois. La legitimidad democrática no es de nacimiento; la dan los votos. Pepe Rubianes, otro hijo de inmigrantes, recriado en Cataluña, murió el día en que el PP recuperaba la hegemonía en su Galicia natal. Allí, la tendencia tradicional ha sido, más bien, que la gente se marche a otros lugares, por eso sus presidentes suelen ser naturales y vecinos del lugar.
Se nos ha ido Rubianes al otro barrio y sus cenizas se van allende los mares. Sin ironía: buen viaje lleve.

martes, 3 de marzo de 2009

Elecciones vascas: Nadie ha ganado, Nadie ha perdido

No me refiero a esa situación, tan común, de que cuando no hay un ganador claro en unas elecciones (a veces, aún habiéndolo) todos reclaman la victoria y ninguno admite salir derrotado. Como decía Kennedy, el éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano. Pérez Touriño, por el PSG, y Unai Ziarreta, por Eusko Alkartasuna, son las excepciones que confirman la regla. O no sólo me refería a eso. Estaba más bien pensando en que el ganador (eso dice él; en el PNV piensan otra cosa) de las elecciones vascas ha sido Patxi López, a quien tiempo atrás se puso el mote, con evidente intención de ningunearlo, de Patxi Nadie. El apodo data de cuando accedió a la Secretaría General del PSE y fue también una forma de destacar su historial vacío, su hoja de servicios en blanco, su escaso empaque político, su poca importancia. Además, se aludía a su transparencia: detrás se veía a don José Luis Rodríguez. Creo que el copyright es de Jiménez Losantos. Efectivamente, junto con Maragall se convirtió en punta de lanza del zapaterismo, de un modo particular de hacer política bastante alejado de la socialdemocracia clásica y que buscaba casarse con el nacionalismo radical, un matrimonio de conveniencia para solventar problemas en época de elecciones. El PSOE marcó distancias con los viejos líderes, con los pesos pesados, con Felipe González, Alfonso Guerra, Rodríguez Ibarra, Bono y Paco Vázquez, pero sobre todo en Euskadi se convirtió en otro partido y soltó lastre: Rosa Díez, Enrique Mújica, Gotzone Mora, Maite Pagazaurtundúa, Mikel Buesa, Carlos Totorika, Redondo Terreros...
En un post que publiqué en el blog de Ciudadanos con ocasión de las elecciones americanas (Nadie cumple sus promesas electorales), recordaba que en 1977, cuando ganó Jimmy Carter, el Y.I.P. (Partido Internacional de la Juventud) promovió a Nadie para la presidencia. Pero era otro Nadie. También en España, el PGB, el Partido de la Gente del Bar, a finales de los 80 pidió el voto para Nadie, asegurándonos que Nadie iba a resolver el problema del paro, la vivienda, la sanidad o la educación.
En el aniversario de la muerte de su hijo, la madre del socialista asesinado Joseba Pagaza, le escribió a Patxi López una carta sobrecogedora donde le advertía: “dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre...” Al reunirse con Otegi, la dolorosa traición que profetizó la madre de los Pagaza, se había consumado. En la capilla ardiente del ex concejal del PSE en Mondragón, Isaías Carrasco, Patxi les preparó una encerrona a Rajoy y María San Gil. Primero les dijo que la familia prefería que no fueran a dar el pésame, luego les dijo que podían ir y, al llegar, les estaba esperando en la puerta para espetarles, en voz alta: “No queremos volver a oír que traicionamos a las víctimas”. Inmediatamente, repartieron una nota de prensa en la que explicaban el incidente.
Con Redondo Terreros, el PSE hablaba un lenguaje con el que se podía entender el Partido Popular del País Vasco, formando aquel bloque constitucionalista que bendijo Fernando Savater. Pero el PP, con Mayor Oreja, les superaba en votos y ése era el cambio que prometió Patxi a los suyos: il sorpasso. “Podemos”. Una de las condiciones que había de darse era el cordón sanitario, el Pacto del Tinell y convertir en papel mojado el pacto antiterrorista, derogándolo por la vía de los hechos. Ahora necesita el apoyo, aunque sea pasivo, de los populares, gente (la del PP del País Vasco) que merece, por razones obvias, el mayor de los respetos. ¿Qué hará ahora Patxi, don Nadie? Es lo que tiene la política, que, como la vida, da muchas vueltas.
Pachi Nadie al aparato.

domingo, 1 de marzo de 2009

Garzón: homo iuridicus

No puedo negar, ni falta que hace, que el magnífico artículo que escribió Herrera en ABC me dio que pensar y me sugirió este post. No pretendo enmendarle la plana ni corregirle en modo alguno –vamos, ya me guardaré yo más que de mearme en la cama- sino dar mi visión personal sobre este hombre. ¿Qué digo hombre?: ¡este titán!
Alabado y denostado a la vez, objeto de encendidos elogios y críticas despiadadas, pasa con facilidad de insobornable a prevaricador. Socialistas y populares dicen de él y se desdicen después. Pedro Jota, su gran valedor en los tiempos del GAL, fue condenado por difamarlo en lo del ácido bórico. La forma en que instruye los sumarios ha sido siempre muy puesta en cuestión. Hasta se ha llegado a apuntar que si fuera escrupuloso en hacer cumplir lo juzgado, lo de la herriko taberna de Lazcano no hubiese ocurrido porque hace tiempo que estaría cerrada: una desidia como la del juez Tirado pero sin unas consecuencias tan desastrosas y sin sanción. El Mundo publicaba que un error suyo, al no acordar la prórroga de la prisión provisional, obligó a poner en libertad a dos presuntos narcotraficantes turcos. El mismo Consejo General del Poder Judicial que ahora le defiende tuvo que llamarlo al orden cuando andaba por esos mundos haciendo bolos con perjuicio de la atención de los asuntos de su despacho. Aparte de conferenciante, y a pesar de la sintaxis embarullada de que adolece la prosa de sus resoluciones, es autor de varios libros. Ian Gibson lo propuso para académico de la lengua.
Aunque luego la cagara con la instrucción, el procesamiento de Pinochet concitó en España una simpatía casi unánime; algo que no tuvo el proceso de la memoria histórica, divisor nacional y gran gatillazo. Discrepo de Herrera en que su afición a pisar charcos y meterse en jardines sea de los tiempos del zapaterismo. Pienso que se remonta años atrás y tiene que ver con su divismo, con esa egolatría patológica y daliniana (lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien). Cuando Felipe González le hizo la promesa televisada de un puesto relevante para luchar contra la corrupción pensó que había llegado a culminar sus aspiraciones. Luego, una vez hizo su papel de señuelo electoral de usar y tirar, por las resistencias del aparato del partido a cederle poder a un advenedizo sin pedigrí o lo que fuese (qui lo sa), quedó relegado a un papel secundario al que no se resignó. Todos entendimos su frustración y hay quien atribuye a ese contratiempo su confusión entre justicia y venganza. Desde entonces está ansioso. Al solicitar el certificado de defunción de Franco, Gustavo Bueno describió con estilete su mesianismo: “Garzón tiene complejo de Jesucristo para juzgar a los vivos y a los muertos”.
Reclama la independencia judicial y la desmiente con sus filtraciones interesadas. Fue a él, y no al juez de paz de Cangas del Morrazo, a quien pillaron en la cuchipanda cinegética en alegre camaradería con Bermejo y él fue quien concurrió como número dos del PSOE por Madrid, detrás de Felipe. Al retomar entonces la carrera judicial, unos y otros ya dudaron de su imparcialidad, así que tampoco resultan extrañas las acusaciones de Rajoy.
Cuando cocinaba la tregua, Zapatero confesó su intención de no cumplir la Ley de Partidos porque era muy dura (dura lex sed lex) y Carrillo, en la tertulia de La Ventana, afirmó que la voluntad política podía hacer innecesaria su observancia. Como si el sometimiento a la legislación y a los tribunales de justicia no fuera el primer requerimiento de un Estado de Derecho. Pero si mal está que un político se manifieste así, más grave resulta que un juez acomode su actuación a determinada sensibilidad política y esté atento a unas demandas localizables. En esa época de la tregua, se mostró escasamente preocupado por las exigencias jurídicas de la Ley de Partidos, excesivamente contemporizador y alejado de la máxima a la que se atienen los jueces respetuosos del derecho: Fiat iustitia et pereat mundus.
Don Baltasar parece estar a ese aforismo sólo cuando el cielo se hunde en una concreta dirección.