lunes, 16 de marzo de 2009

Bocadillo de embutido y estulticia

Por esta tierra, un bocata de blanco y negro es de de chorizo (o más a menudo, depende de las zonas, de longaniza) y morcilla. O sea, que si en mi pueblo oyes decir que el blanco es un chorizo, es sin faltar.
Blanco sobre Gürtel (que es tanto como decir blanco sobre negro): «En el PP tiras de un chorizo y aparece una ristra». Razón no le falta. El problema es que este individuo, que parece un pepito de ternera gallega –Galiza calidade- con esa mirada bovina, todavía no ha aclarado lo de su chalet de lujo con ático y vistas al mar; el que se está construyendo en la Isla de Arosa, a pie de playa, con evidente infracción de la Ley de Costas. De eso no ha dicho esta boca es mía. Dime de qué presumes. ¿De la paja en el ojo ajeno? Osease, consejos vendo que para mí no tengo.
Cuando oigo a Pepiño, con esa cara de empanao, es que no lo puedo remediar, siempre me acuerdo de lo que decía su paisano Cela: “no hay nada que se parezca más a un tonto de derechas que un tonto de izquierdas”.

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