jueves, 26 de febrero de 2009

Con dos huevos

No prejuzgo cómo le está el traje a Camps ni quien lo paga (todavía no han salido los títulos de crédito y no se sabe quién es el encargado de vestuario, el de reparto, los protagonistas o las estrellas invitadas, ni el director), pero sí tengo claro que la indumentaria de legislador no le tira de la sisa, le queda holgada y hasta vaporosa.
Que en Cataluña se prepara un Estatuto de aquí te espero, discutido y discutible, él, ni corto ni perezoso, se reserva para el Estatuto Valenciano lo mismo. Por lo menos. Es lo que se llamó la Cláusula Camps. «Haga el favor de poner atención en la primera cláusula porque es muy importante. Dice que la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte.» Que se polemiza en torno a la Educación para la Ciudadanía, él ofrece dos asignaturas por el precio de una: educación en inglés. Hace como Groucho en Una noche en la ópera, mejora cualquier oferta con un par de huevos. «Y también dos huevos duros», decía el más genial de los Marx. Eso le reprochaba Felipe a Aznar en un debate televisivo, que el líder popular hiciera lo que el popular filósofo y comediante americano.
Recientemente se han oído voces críticas sobre el Plan E, sobre todo desde la hipótesis, absolutamente verosímil, de que semejante derroche de fondos con cargo al erario público va a tener nula efectividad en la creación de empleo. El Sr. Camps siempre da más, dos más. Es capaz de llegar al tres en uno. El martes publicaba el Diari Oficial de la Generalitat el Decreto-Ley 1/2009, “por el que se constituyen y dotan tres planes especiales de apoyo destinados al impulso de los sectores productivos, el empleo y la inversión productiva en municipios”. ¿No querías caldo?, pues toma, tres tazas. Y dos huevos duros.
Es la guerra contra la crisis. ¡Más madera!

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