domingo, 22 de febrero de 2009

Bermejo está perdido

Es como si lo hubieran abducido y llevado 150 Km. más allá, de Puertollano a Andújar, sin comerlo ni beberlo y sin enterarse. Bermejo está desorientado. «¿Dónde estamos?» alega con la mirada extraviada. Teletransportado en estado semiinconsciente. ¡Qué morro tiene!
Bermejo no sabe por dónde anda, no tiene GPS ni Google Maps. Tampoco licencia para matar. Mucho se ha escrito estos días sobre las películas que ha montado: La escopeta nacional sobre todo, y se ha llegado a proponer la creación de una Asociación Estatal del Rifle con él de presidente. Convierte al Parlamento en el mayor espectáculo del mundo y está dejando la judicatura, la justicia, como el planeta de los simios. Nos faltaba un clásico de nuestra más tierna Transición, uno que comparte cartel con La trastienda y Experiencias prematrimoniales: Furtivos.
Bermejo es, para su partido, lo que en el futbol se llama un perro de presa. En estos días, más que un pitbull o un sabueso de caza parece un yorkshire enfadado.
Ha perdido el norte. Los papeles no, porque no los tenía.

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