
Otra cosa distinta sería explicárselo a los niños contra la voluntad de sus padres, pero aparte de que ese es un debate prolijo, por mucho que podamos suponer lo que le pasaba por el magín, no vamos a poner en su boca algo que no ha dicho. O sea, que según y cómo. Sí habría, por el contrario, que puntualizar algunas cuestiones que se desprenden de su pensamiento, de su juicio preclaro: Parece excesivo toda una asignatura para eso en ESO, incluso una sola clase debería bastar, sin embargo, si reparamos atentamente en el aserto, vemos que no se refiere a poner el condón, al procedimiento de colocación, al lugar, modo y precauciones, sino a su uso, cuestión más delicada, extensa y que da para El libro gordo de Petete. Si, además, lo ponemos en relación con lo declarado ese mismo día por la ministra Chacón, que va a abrir el Ejercito a los transexuales, una buena profilaxis aconsejaría algo de instrucción, enseñar a presentar armas, y no me quiero extender. Encima, y hablando de la ministra pacifista de Defensa, cabe un uso alternativo, que se coreaba a guisa de consigna en las manis progres contra la guerra de unos años atrás: “¡Póntelo, pónselo, en la punta del cañón!”
Claro que a lo mejor el tema puede tener una explicación más sensata de lo que parece a simple vista. Lo que no quiere decir que la relación de los condones con los valores constitucionales sea mayor ni más coherente. El País sacó hace tiempo un coleccionable en fascículos, El Libro de la Sexualidad, que tenía una sección fija en cada una de sus entregas: “¿Sabía usted que…” En la correspondiente al capítulo 16 se decía: “Un estudio sobre la efectividad de una campaña sobre el control de natalidad en Asia demostró que era un completo fracaso: el 79% de los hombres había tomado la píldora femenina y un 98% de los hombres encuestados seguía poniéndose el preservativo en un dedo antes de hacer el amor, como habían hecho los médicos en la demostración.”
¡Qué eminencia Pepiño! Es más simple que el mecanismo de un botijo. Se pasa la vida mezclando el culo con las témporas. En su cartera de valores, sólo hay dos: que gane el PSOE y que pierda el PP. No da para más. Ahora sabemos de donde le salen los valores y por donde se los pasa el vicesecretario general del PSOE.
3 comentarios:
Jajajaja... no puedo más de la risa... jajajaja...
Ayy Dios, es reírse por no llorar... para acabar llorando de la risa. Qué país.
(PS: Una pregunta. ¿La vicesecretaria general del PSOE no es Leire Pajín? Es que yo ya me hago un lío. Tienen todos la misma buena oratoria...).
Creo que es Secretaria de Organización, pero bueno...
Tanto monta, monta tanto
Leire Pajín como Pepín Blanco.
Hoy has sido especialmente malvado :D
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