jueves, 26 de febrero de 2009

De cine

La edición digital de 20 minutos publicaba, a principios de esta semana, que un italiano de 45 años se iba a someter a una operación de cambio de sexo para meterse a monja y entrar en un convento. De película. Encima, para que resulte más almodovariano, el aspirante a novicia ha tropezado con un muro de incomprensión pues ni su párroco ni el obispo de la diócesis (no sé cuál, porque era en Roma pero creo que no se trataba de Ratzinger) han querido recibirle. No sé si esperaba que le financiaran la intervención con el cepillo o con la casilla de la declaración de la renta. O como “doctores tiene la Iglesia”, a lo mejor pensaba que le podían arreglar lo suyo sin salir de la institución. Están locos estos romanos, que dice Astérix.
Sólo cuenta con el apoyo de una organización, Casapound, que en su web dice actuar contra la usura y la carestía y por la justicia social. Distintos medios de comunicación italianos –siempre según 20 minutos- destacan la fe y el fuerte ideal cristiano de Marco, nombre ficticio por el que conocen al postulante.
Como dijo Pe(nelope): “¡Peedroooo!”
xxx
P.D. Hoy, 27 de febrero, publica 20 minutos que todo ha sido una broma de Casapound, al que califica como un grupo de extrema derecha.

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