miércoles, 17 de diciembre de 2008

Hay luz al final del túnel

¡Madre la que está cayendo!: se le cae un túnel del AVE Madrid-Valencia y cae la nieve inclemente. En casa del pobre todo son desgracias y la pobre doña Magdalena no iba a luchar contra los elementos.
Sí, ¡menuda elementa! Con ocasión de inaugurarse la estación de la T4, dijo que el único sitio en el que Esperanza Aguirre podía estar era “tumbada en la vía o colgada de la catenaria”, pues esperemos que ahora no le haya deseado que fuera a silbar al túnel para probar el eco.
Lo de la pertinaz nevada hay que reconocer que no es culpa suya, porque llevamos varios años preparándonos para el calentamiento global pero no para estos fríos que nos cogen siempre con el paso cambiado. Es decir, que el no “preveer” (sic, así lo decía ayer en la COPE, a las dos y cuarto, Andrés Ayala, Portavoz de Infraestructuras del PP) el temporal, no hay que echárselo en cuenta, pero en desprendimientos y derrumbes, socavones y hundimientos ya va siendo experta, así que ahí tendría que entonar un poco de mea culpa. Tampoco hay unanimidad en los medios respecto al número de camiones sepultados en el túnel del Regajal. Sobre el hecho de que lo que el presidente de Adif, Antonio González, ha calificado de “incidente técnico menor” haya permanecido oculto durante cinco días, tampoco hay caso: el propio Sr. González ha admitido que no informó a la Sra. Álvarez. Pues si él no se lo dijo, ya sabe ella lo que le tiene que decir: “váyase señor González”.
Magdalena Álvarez es la peor ministra que ha tenido Fomento o el ministerio que durante muchos años le ha precedido: el de Obras Públicas. Por si a alguien se le ocurre apuntar que en realidad ha sido la única, donde pone ministra pongan titular del departamento, que es a lo que me refiero.
Pero hay luz al final del túnel: al parecer Zapatero tenía pensada una crisis de gobierno. Si le hacía falta una excusa para cesarla en la próxima remodelación del gabinete, ahí la tiene.

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