jueves, 24 de septiembre de 2009

Algo excepcional

Igual que lo que jode un presupuesto son las lástimas –de habitual concurrencia y cuya circunstancia también es conocida como los “poyaques”-, lo que fastidia una norma son las singularidades. Bueno, digamos que no siempre pero sí en eso de descabalgar a quien, a la sazón, es titular ejerciente de una alcaldía. No he conocido una sola moción de censura que se apoye en tránsfugas (y he conocido bastantes) que no constituya un caso excepcional, una situación que se aparta de lo común y que se justifica en las necesidades perentorias de la institución o la localidad. ¡El pueblo por encima de todo! Vamos, un puro quítate tú que me ponga yo. Sirven, eso sí, para confirmar la regla del todo vale con tal de alcanzar el poder.
Cuando todos lo dicen, por algo será: no es que incumplan el Pacto Antitransfuguismo, es sólo por esta vez y sin que sirva de precedente.

1 comentario:

Lino Moinelo dijo...

El transfugismo es consecuencia del sistema de partidos, y la ausencia de la libertad política. Los representantes han de cambiar de partido para expresar su opinión. En un parlamento democrático de verdad, no hay transfugismos, precisamente porque no son la excepción, sino lo habitual. Cada representante vota lo que cree oportuno, y el jefe del ejecutivo, en este caso el alcaldía, está constantemente pendiente de tener apoyos los cuales se ha de ganar.

En este sistema esto se consigue solo con tener los suficientes amigos, pelotas, enchufados y comprados entre sus filas para que ocupen los escaños elegidos por el mismo, y no por los ciudadanos como debería ser.