En pie de guerra civil. ¡Vaya espectáculo están dando! Pero es lo suyo ¿no? Lo del espectáculo digo.
Se ve que a Alex de la Iglesia le han acometido escrúpulos morales con la nueva ley. Sin decirle que se vaya, le han venido a preguntar al presidente que qué hacía allí todavía.
Hay quien asegura que la propiedad intelectual es la única posible, que si alguien puede ser titular de algo, con más derecho que sobre los bienes materiales, es de la obra creada. Vamos a aceptar pulpo como animal de compañía, pero ¿qué parte –por poner un ejemplo- de los 17 € que cuesta un libro digital va a parar al escritor? Porque el precio, considerando los gastos de distribución, de edición, el material y el porcentaje que se lleva el vendedor, es un auténtico robo. Encima, ni siquiera se lo puedes dejar a un colega o leerlo con otro dispositivo que no sea aquel para el que lo has adquirido (o sea que la compra no te convierte en poseedor real): ahí me sumo a Proudhon. ¿También llevan derechos de autor las palomitas que venden en los cines? ¿Se considera un acto de piratería traerlas de casa en el morral? Yo confieso que las llevo escondidas.
En esto del pirateo hay cosas que no cuadran. La mayor parte de las películas de estreno (las que el mercado demanda y con las que se puede hacer pupa económica) que se ofertan en los portales de descargas, son “screeners”, grabadas directamente en la sala con una cámara de vídeo. Pues –según me ha explicado quien entiende del tema- la solución es tan sencilla como instalar un dispositivo que cruce la pantalla con rayos infrarrojos mientras se proyecta: el ojo humano no los aprecia pero estropean la grabación. No hace falta recurrir al 3D. Las que no son “screeners”, las que tienen mayor calidad, proceden de individuos que actúan de jurados en certámenes, de gente de la propia industria cinematográfica y que las suben a la Red vaya usted a saber porqué. Y entre todas ellas, no busquen películas españolas: se ve que no interesan.
¿Y los Bardem, qué dicen de todo eso? Claro que estarán pendientes de lo suyo, del hijo de Pe. Perdón por la zafiedad de la broma, pero estaba insinuando que Penélope es también una Pirata (del Caribe, en la cuarta entrega).
Como dijo Romanones cuando los miembros de la Academia (la de la Lengua, no la del Cine) no le quisieron votar como miembro: ¡Joder, qué tropa!
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P.D. Los enlaces corresponden a noticias publicadas 24 días después del post.
Hay quien asegura que la propiedad intelectual es la única posible, que si alguien puede ser titular de algo, con más derecho que sobre los bienes materiales, es de la obra creada. Vamos a aceptar pulpo como animal de compañía, pero ¿qué parte –por poner un ejemplo- de los 17 € que cuesta un libro digital va a parar al escritor? Porque el precio, considerando los gastos de distribución, de edición, el material y el porcentaje que se lleva el vendedor, es un auténtico robo. Encima, ni siquiera se lo puedes dejar a un colega o leerlo con otro dispositivo que no sea aquel para el que lo has adquirido (o sea que la compra no te convierte en poseedor real): ahí me sumo a Proudhon. ¿También llevan derechos de autor las palomitas que venden en los cines? ¿Se considera un acto de piratería traerlas de casa en el morral? Yo confieso que las llevo escondidas.
En esto del pirateo hay cosas que no cuadran. La mayor parte de las películas de estreno (las que el mercado demanda y con las que se puede hacer pupa económica) que se ofertan en los portales de descargas, son “screeners”, grabadas directamente en la sala con una cámara de vídeo. Pues –según me ha explicado quien entiende del tema- la solución es tan sencilla como instalar un dispositivo que cruce la pantalla con rayos infrarrojos mientras se proyecta: el ojo humano no los aprecia pero estropean la grabación. No hace falta recurrir al 3D. Las que no son “screeners”, las que tienen mayor calidad, proceden de individuos que actúan de jurados en certámenes, de gente de la propia industria cinematográfica y que las suben a la Red vaya usted a saber porqué. Y entre todas ellas, no busquen películas españolas: se ve que no interesan.
¿Y los Bardem, qué dicen de todo eso? Claro que estarán pendientes de lo suyo, del hijo de Pe. Perdón por la zafiedad de la broma, pero estaba insinuando que Penélope es también una Pirata (del Caribe, en la cuarta entrega).
Como dijo Romanones cuando los miembros de la Academia (la de la Lengua, no la del Cine) no le quisieron votar como miembro: ¡Joder, qué tropa!
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P.D. Los enlaces corresponden a noticias publicadas 24 días después del post.
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