viernes, 11 de enero de 2013

Despega como puedas



Cuatro ojos verán más que dos pero no se vuela mejor con más alas ni hay mayor número de ideas o pensamientos con varias cabezas, si cada una tira para un lado.
En esta crisis no despegamos. Cuando habíamos identificado algunos de los males que nos aquejaban y se podía diagnosticar la causa y el remedio, aparece Alemania, la madre de todos los corderos, con parecida sintomatología. Tomemos el aeropuerto de Castellón como ejemplo e imagen iconográfica del despilfarro nacional. Se había quedado grande antes de inaugurarlo porque ahí –ya se sabía- no iba a aterrizar ni un avión. Ahora nos hemos enterado de que el aeropuerto de Berlín (la ampliación que se va a llamar Willy Brandt) se queda pequeño, que lleva más de dos años de retraso y que se ha duplicado el presupuesto de las obras.
Me han asegurado que en Frankfurt (en el centro neurálgico, geográfico y financiero del país; no en Baviera, en el Sur, siempre el desprestigiado Sur) la gente sale del trabajo más puntual de lo que entra. Incluso con unos minutos de adelanto, deja de atender al público en las oficinas y se lanza presurosa a ocupar las terrazas para tomarse sus birras. Conque allí también cuecen habas.
Dos caras (¡qué digo caras!: ¡cruces!) de la misma moneda de euro.

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