viernes, 13 de noviembre de 2015

Revolución ortográfica



La verdad es que me lo temía. Desde que irrumpió en la escena pública me dio que pensar: no sobre la clase política –de sobra conocida- sino sobre la calidad de la universidad española. Mis peores augurios se ven confirmados. ¡Un profesor de Ciencias Políticas que maneja como un gañán conceptos básicos que vienen desarrollándose desde la Atenas de Pericles! ¡Un licenciado que no pone la tilde correspondiente en "Amaneció"! ¡¡Un .... que perpetra el palabro "insurrepción"!!
¡Menudo "insurrepto" que está hecho!

 
P.D. Casi dos años después de este post, perpetró este otro, confundiendo infligir con infringir, para befa y cachondeo de todo Twitter. Lo que es seguro es que si no fuera por el Word las meteduras de pata serían épicas. Es lo bueno y lo malo de los tratamientos de texto, que a veces no detectan las barbaridades. ¡Cuánto le tiene que agradecer a Bill Gates! Una cosa como a su odiado Amancio Ortega, que mucho criticarle pero luego se visten, él y su señora, en Zara.
Es posible que su analfabetismo traiga causa de que su puesta al día en materia de cultura proviene, claramente, del visionado de series televisivas. Las devora.
 
 
 
 

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