La edición digital de El País de hoy se
refiere al asunto de los crímenes presuntamente cometidos por el propietario de
un gimnasio de artes marciales de Bilbao e ilustra la noticia con varios apartados.
Uno de ellos, que titula “Las ‘habilidades’ del falso maestro shaolín”, contiene
este párrafo: “Fuentes judiciales avanzaron ayer que el acusado se enfrenta a
dos casos claros de asesinatos consumados, con agravantes de alevosía y ensañamiento,
que conllevan penas máximas de 25 años de prisión por cada delito. La juez
dictó auto de prisión provisional, lo que indica que sufre una enfermedad
mental.”
Y yo me pregunto: ¿quién sufre
enfermedad mental, el acusado o la juez? ¿O ambos? ¿O la periodista que redacta el suelto, una tal Eva Larrauri? ¿O todo bicho viviente?
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