viernes, 2 de julio de 2010

La Roja (*)

Es absurda la polémica surgida en torno al novedoso apelativo de la Selección Nacional. De todas formas, aunque se atribuye a Luis Aragonés, y parece evidente que se ha hecho a imitación de otras (la italiana, la francesa, la brasileña, la argentina o la holandesa), yo no descartaría que el término “nacional” haya jugado a favor de buscar un nombre alternativo.
El martes, nada más acabar el partido, el federativo Pedro Cortés le pidió a David Villa su camiseta. Incluso se podía dudar de si salió a eso o a felicitar al delantero. Luego, la prenda se vio en manos del Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Pero este aclaró que no era para él, sino para la hija del presidente y ministro de deportes, José Luis Rodríguez Zapatero. La hija del presi es muy roja y muy de la roja. Ahí está ella, desentonando un poco de su look habitual. Lo suyo nunca ha sido una cuestión de estilo.
—¡Viva Villa!
—¡Y viva Zapata!, que es casi tocayo.
—Papá, que estamos hablando de fútbol.
—Pues nada, ¡que viva la selección y que viva la Revolución!
La de rojo, que se la cojo.
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* El apodo de “La Furia Española”, rememoraba el Saqueo de Amberes del siglo XVI. Precisamente, en los Juegos Olímpicos de Amberes, donde España conseguiría la medalla de plata (el primer Mundial fue el de 1930), se disputó, el 1-9-20, el partido contra Suecia en el que, al parecer, se bautizó así a la selección. Fue entonces cuando Belauste le gritó a Sabino aquello de «¡Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo!» Se atribuye a un periodista italiano el término de “La Furia Roja” al referirse a entonces la selección como “Furia Rossa”.

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