No sé que me pasa que estoy retro. Inspirado por José Luis y su cuadrilla voy por mi cuenta haciendo un revival de cartelería antigua que pa qué. Me provocan, no lo puedo evitar. Pero la imagen es impagable: Este hombre tiene unas ocurrencias y unas salidas… Es diestro en apagar fuegos, en meterse en enmarañados jardines para rescatar a mininos de inalcanzables copas de árboles, en abrir, por la mera fuerza de su brazo ejecutor, puertas que parecían selladas para siempre. Y remata las faenas que te cagas.
Cuando aseguró que España había superado la media europea y a Italia en renta per cápita, puso la guinda con una chirigota: «cosa que deprime mucho al primer ministro Berlusconi». Así hombre, así, haciendo amigos. «Nuestro objetivo es superar a Francia en tres o cuatro años, y esto no lo quiere ni oír nuestro amigo Sarkozy», agregó. Tú no te cortes, ¿pa qué? Con unos colegas como los que te vas echando, no vas a necesitar enemigos. Alguno puede que te recuerde aquello de que “entre bomberos no hay pisarse la manguera”.
Luego va el tío y se presenta ante la almendra del capitalismo moderno a sacar pecho por sus logros y a explicar cómo funciona el mercado. Sentando cátedra. ¿Y eso? Pues ni más ni menos que con las dos clases vespertinas de Economía que le dio Jordi Sevilla. Mira tú si cunden. Moratinos también le ha dedicado, con gran aprovechamiento, alguna charla didáctica sobre diplomacia de la buena y nuestro Presidente está alumbrando una nueva forma de hacer política. Le ha salido un estilo bastante cheli que diría Umbral. O Ramoncín. ¿Pues no ha venido a decir que si gana McCain se reedita la Guerra Fría? ¡Viva Sócrates y la mayéutica! Ya podemos rezar para que salga Obama. Se ve que aclaró, en inglés de Georgetown, como el de Aznar, que las declaraciones eran off the record, pero los periodistas, ya se sabe, tienen mu mala leche.
Nada, lo dicho: a hombros, por la puerta grande, con un par (de orejas) y el rabo.
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