Cuando yo vivía en Mallorca, hace muchos años, el gobierno del archipiélago lo presidía Gabriel Cañellas, de Alianza Popular, y Félix Pons, quien luego se convirtió en Presidente del Congreso, era el jefe de la oposición. En un debate del parlamento autonómico en el que, como es norma, se impuso el rodillo de la mayoría, el Sr. Pons dijo –más o menos- lo siguiente: «vostès poden aprovar per majoria que sa Seu no existeix, però sa Seu existeix» (ustedes pueden aprobar por mayoría que la Catedral de Palma no existe, pero la Catedral existe). Es muy común atribuirle a la mayoría un poder taumatúrgico del que en realidad carece. En nuestros esquemas mentales y en el lenguaje hablado hemos convertido lo habitual en normal, pero ni la mayoría tiene siempre la razón ni todo lo que estamos acostumbrados a ver a diario es normal. La demoscopia ha devenido en gurú contemporáneo. El propio José Bono ha destacado que el 90% de los dentistas encuestados elegirían extraer la muela dolorida en lugar de la que no hace pupa; lo que tampoco quiere decir gran cosa, la verdad.
Esto viene a cuento de la iniciativa del Parlamento de Cataluña de acordar que el Tribunal Constitucional sea incompetente para conocer del Estatuto. Todo hace pensar que la propuesta de resolución saldrá adelante, pues el tripartito, al que en esa votación se sumará CiU, goza de una holgada mayoría. Bien, ¿y qué?
No seré yo quien ponga en tela de juicio el criterio de la aritmética, que ya me conozco la historia (“antidemocrático” y lo que sigue) ni tampoco echaré mano del tópico (“Hitler llegó al poder ganando unas elecciones”) pero vaya... recuerda a aquella pintada: Come mierda, un billón de moscas no pueden estar equivocadas.
Esto viene a cuento de la iniciativa del Parlamento de Cataluña de acordar que el Tribunal Constitucional sea incompetente para conocer del Estatuto. Todo hace pensar que la propuesta de resolución saldrá adelante, pues el tripartito, al que en esa votación se sumará CiU, goza de una holgada mayoría. Bien, ¿y qué?
No seré yo quien ponga en tela de juicio el criterio de la aritmética, que ya me conozco la historia (“antidemocrático” y lo que sigue) ni tampoco echaré mano del tópico (“Hitler llegó al poder ganando unas elecciones”) pero vaya... recuerda a aquella pintada: Come mierda, un billón de moscas no pueden estar equivocadas.
1 comentario:
jejeje, buenísimo. y me río por no llorar. Es el sistema que tenemos en España, en el que no entiendo por qué hace falta tantos diputados, senadores, parlamentarios de comunidades autónomas ( que podrían tener también dos cámaras o tres, por qué no: no tienen tres televisiones algunas?), concejales, etc. Da igual con uno por partido sobraría. Aquí no hay libertad dentro de los partidos, el dueño dice x y los demás como borregos a seguirlos y que se atrevan a lo contrario.
Saludos.
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