martes, 3 de marzo de 2009

Elecciones vascas: Nadie ha ganado, Nadie ha perdido

No me refiero a esa situación, tan común, de que cuando no hay un ganador claro en unas elecciones (a veces, aún habiéndolo) todos reclaman la victoria y ninguno admite salir derrotado. Como decía Kennedy, el éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano. Pérez Touriño, por el PSG, y Unai Ziarreta, por Eusko Alkartasuna, son las excepciones que confirman la regla. O no sólo me refería a eso. Estaba más bien pensando en que el ganador (eso dice él; en el PNV piensan otra cosa) de las elecciones vascas ha sido Patxi López, a quien tiempo atrás se puso el mote, con evidente intención de ningunearlo, de Patxi Nadie. El apodo data de cuando accedió a la Secretaría General del PSE y fue también una forma de destacar su historial vacío, su hoja de servicios en blanco, su escaso empaque político, su poca importancia. Además, se aludía a su transparencia: detrás se veía a don José Luis Rodríguez. Creo que el copyright es de Jiménez Losantos. Efectivamente, junto con Maragall se convirtió en punta de lanza del zapaterismo, de un modo particular de hacer política bastante alejado de la socialdemocracia clásica y que buscaba casarse con el nacionalismo radical, un matrimonio de conveniencia para solventar problemas en época de elecciones. El PSOE marcó distancias con los viejos líderes, con los pesos pesados, con Felipe González, Alfonso Guerra, Rodríguez Ibarra, Bono y Paco Vázquez, pero sobre todo en Euskadi se convirtió en otro partido y soltó lastre: Rosa Díez, Enrique Mújica, Gotzone Mora, Maite Pagazaurtundúa, Mikel Buesa, Carlos Totorika, Redondo Terreros...
En un post que publiqué en el blog de Ciudadanos con ocasión de las elecciones americanas (Nadie cumple sus promesas electorales), recordaba que en 1977, cuando ganó Jimmy Carter, el Y.I.P. (Partido Internacional de la Juventud) promovió a Nadie para la presidencia. Pero era otro Nadie. También en España, el PGB, el Partido de la Gente del Bar, a finales de los 80 pidió el voto para Nadie, asegurándonos que Nadie iba a resolver el problema del paro, la vivienda, la sanidad o la educación.
En el aniversario de la muerte de su hijo, la madre del socialista asesinado Joseba Pagaza, le escribió a Patxi López una carta sobrecogedora donde le advertía: “dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre...” Al reunirse con Otegi, la dolorosa traición que profetizó la madre de los Pagaza, se había consumado. En la capilla ardiente del ex concejal del PSE en Mondragón, Isaías Carrasco, Patxi les preparó una encerrona a Rajoy y María San Gil. Primero les dijo que la familia prefería que no fueran a dar el pésame, luego les dijo que podían ir y, al llegar, les estaba esperando en la puerta para espetarles, en voz alta: “No queremos volver a oír que traicionamos a las víctimas”. Inmediatamente, repartieron una nota de prensa en la que explicaban el incidente.
Con Redondo Terreros, el PSE hablaba un lenguaje con el que se podía entender el Partido Popular del País Vasco, formando aquel bloque constitucionalista que bendijo Fernando Savater. Pero el PP, con Mayor Oreja, les superaba en votos y ése era el cambio que prometió Patxi a los suyos: il sorpasso. “Podemos”. Una de las condiciones que había de darse era el cordón sanitario, el Pacto del Tinell y convertir en papel mojado el pacto antiterrorista, derogándolo por la vía de los hechos. Ahora necesita el apoyo, aunque sea pasivo, de los populares, gente (la del PP del País Vasco) que merece, por razones obvias, el mayor de los respetos. ¿Qué hará ahora Patxi, don Nadie? Es lo que tiene la política, que, como la vida, da muchas vueltas.
Pachi Nadie al aparato.

1 comentario:

Mike dijo...

pues lo has resumido muy bien. si añado algo, sobra.

Saludos!