jueves, 15 de enero de 2009

Acentos y particularismos

Tanto con lo de crispar y dividir con el idioma y hemos llegado a una situación en la que ya ni siquiera es cuestión de la lengua sino del acento. Magdalena Álvarez pone el acento sobre los imponderables y Monserrat Nebrera en la dicción, aunque luego se desdice. La tilde no la pone nadie, a todo el mundo se le olvida y dejémoslo ahí porque te pones a averiguar y resulta que hay una ignorancia generalizada en torno a las reglas ortográficas que determinan su uso. Encima, la Academia las va eliminando: solo se acentúa (se le pone tilde) cuando, siendo adverbio, exista riesgo de anfibología. Lo mismo pasa con los demostrativos. Y eso que aquí no tenemos más que un tipo; en catalán tienen el acento grave y agudo (en francés hasta circunflejo) y se coloca (cuando procede) a las mayúsculas por un tema de discriminación positiva. Antes no era posible porque la mejor máquina de escribir te hacía un borrón, pero ahora no es ningún problema.
Sin ir más lejos: ¿han leído mi entrada anterior? Bueno pues el famoso Plan E del Gobierno, al que me refería ayer, aparece publicado en el Boletín Oficial del Estado con cita, en el sumario y en el título, a la “Dinamizacion” (sic, sin tilde). Aquí está el enlace. Luego repite el error en la Exposición de Motivos, aunque se subsana en otras cuatro apariciones. Lo que pasa es que Word no tiene incorporada la palabreja a su diccionario y por lo tanto no la corrige de forma automática...
A Nebrera parece que le haya traicionado el subconsciente a pesar de que hay un charnego presidiendo la Generalitat. O a lo mejor, precisamente por eso. Por mucho que diga que basta ya” de infundios, que ella no se refería a la pronunciación, la metedura de pata, viniendo de donde viene, tiene delito. Ahora se le ha abierto expediente; no obstante parece injusto sancionar por la música cuando no se ha hecho nada por letras mucho más hirientes, por lenguas como hachas, lenguas vivas y viperinas. Y Magdalena dice ahora que lo que pasa es que piensa más rápido que habla y por eso se atropella, que el cerebro le va más rápido que la lengua... antes partía que doblá. Es para troncharse. Tampoco hay que ser Demóstenes pero algo de habilidad para la comunicación oral sí que sería conveniente para estar al frente de un ministerio.
Ya puestos, a ver si a Rajoy le ponen logopeda, no para que le corrija el acento gallego, que haberlo no haylo y si lo hubo no le queda nada, si tuvo no retuvo, sino por sus resonancias nasales y la pronunciación sibilante de las eses, sonoras igual que las que tiene el catalán, pero en cacofónico. A mí me suena como si estuviera comiendo gachas o hablando en el idioma de la serpiente Ka, la del Libro de la Selva, por mucho que la cancioncilla que entona el reptil (confía en mí) sea más zapateril que otra cosa. Y con ese acento no se gana un concurso de chistes o de canciones, unas elecciones ni una partida de mus.

1 comentario:

Mike dijo...

Da la sensación que estos del PP no aprenden. Si no es uno, es otro, pero tienen que fastidiarla de un modo u otro.