sábado, 24 de enero de 2009

Licencia para espiar

Es, por ahora, un misterio quién pueda ser el que la diera, no tiene sentido relacionarla con la red de tráfico de licencias de apertura ni ese tráfico con el de la M-30, ni ésta con el MI5, negro uno, blanco como la nieve el otro, nieve por doquier, desde Navacerrada con amor, por cierto que Esperanza niega a todos ser la espía que amó, cómo no, y hoy parecía que se había disipado la alta tensión entre los dos actores principales, que no son Sean Connery y Roger Moore sino Aguirre y Gallardón, quien, después de amagar con dejar la política en una pataleta algo pueril, decidió para sí que “nunca digas nunca jamás”, porque hay que ver cómo han cambiado las cosas desde que Aznar, tras ganar las elecciones, se pusiera al servicio de su majestad, que ahora parece más socialista que otra cosa, cuando Rato era ministro de Hacienda, que al lado de Solbes parecía Goldfinger, desde los tiempos de Acebes o Zaplana, este último semejaba la encarnación del Dr. No, aunque quien lo conocía bien aseguraba que era clavado a Octopussy, no en lo físico, y desde la operación trueno que supuso el Congreso de Valencia, donde se aplazó la caída de Rajoymuere otro día-, ahora sí cada vez más próxima.
Y todo ello sin solución de continuidad con el watergate que se llevó por delante, en una asamblea tramposa, al presidente del Madrid y lo apartó de la casa blanca para que tomara posesión (la víspera de la entrega de poderes al inquilino de la otra Casa Blanca) un naviero que dice que va a reflotar la nave ¿qué nave y dónde la vas a reflotar, si, vaya, vaya, aquí no hay playa? boludo le dirían si fuera argentino aunque entonces sería la casa rosada, y a todas éstas ¿alguien me puede explicar si guarda el asunto relación con la reciente salida, nunca aclarada, de Melchor Miralles, el director de El Mundo TV, de la Junta Directiva del Madrid?
Así que ¿de Madrid al cielo?: el cielo puede esperar. ¡Qué remedio!

1 comentario:

Mike dijo...

Tengo mucha curiosidad por saber en qué acabará esto. Si hubieran contado con Torrente...