jueves, 24 de abril de 2008

Crisis de juguete

Es triquiñuela recurrente de los Ministros de Hacienda echar la culpa de la (mala) situación económica a la coyuntura internacional o a errores de administraciones anteriores, pero si la cosa va bien, no dudan en colgarse ellos las medallas.
Ahora que el gobierno ha renunciado a seguir buscando fórmulas escapistas, que ya no se aplica a marear esa perdiz y que los eufemismos sirven sólo para los trasvases, la prensa le regala un titular que es un tesoro, un auténtico salvavidas para negar la realidad (o la entidad) de la desaceleración económica, para interpretarla a su antojo: La crisis afecta a Barbie. It's only a Toy Story (but I don't like it).
Vaya, así que el avatar en la firma Mattel del matrimonio burgués de la clase media alta americana, Ken y Barbie, JASP y superstar, también sufre la subida de los tipos de interés y se las ve y se las desea para pagar su hipoteca (ello a salvo, naturalmente, de que se confirme la leyenda urbana de que Ken había salido del armario). Ya me los imagino apretándose el cinturón, haciendo recortes en vestuario, ajuar doméstico y gasolina; en todo menos en la cesta de la compra, que con las cosas de comer no se juega. Tendrán que aplazar el momento de traer hijos al mundo. Eso que se ahorran... no, ya no se puede ahorrar nada.
No sé yo si después de tanto Monopoly no acabaremos todos en el pozo del juego de la oca.

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