Zapatero ha nombrado un nuevo gobierno cuyos miembros y miembras han tomado posesión a lo largo de esta mañana. De lo que más orgulloso se siente –dice- es de que haya más mujeres que hombres. Ya puestos podía haber nombrado mujeres para todos los ministerios y estaría que no cabría en el traje. Hablando de cuotas, ¿cuántas son campanudas, cuántas cilíndricas y cuántas diabólicas? Es sólo curiosidad malsana.
El más novedoso ha sido el Ministerio de Igualdaz, aunque visto el resultado que dan los otros también dedicados a ideas y valores platónicos (educación, cultura o ¡justicia!), supongo que da lo mismo que se cree éste que el de Talante, el Ministerio de Tolerancia o el de Eficiencia.
Tras Federica Monseny, Soledad Becerril fue la primera mujer ministra de España, pero cuando se trataba de gobiernos de la derecha (fue Calvo Sotelo el que la nombró) se decía que les daban ministerios floreros. Pues a ver qué coña resulta ser esto.
El más novedoso ha sido el Ministerio de Igualdaz, aunque visto el resultado que dan los otros también dedicados a ideas y valores platónicos (educación, cultura o ¡justicia!), supongo que da lo mismo que se cree éste que el de Talante, el Ministerio de Tolerancia o el de Eficiencia.
Tras Federica Monseny, Soledad Becerril fue la primera mujer ministra de España, pero cuando se trataba de gobiernos de la derecha (fue Calvo Sotelo el que la nombró) se decía que les daban ministerios floreros. Pues a ver qué coña resulta ser esto.
La verdad es que con las competencias que le quedan al Estado tampoco tiene mayor importancia quién (hombre o mujer) se sitúe al frente de cada departamento, y Zapatero –que lo sabe de sobra- ha confeccionado su gabinete con un criterio que los analistas han ignorado pero que –estoy seguro- ha primado sobre otras consideraciones: el estético (eso sí, algo naif).
Decía Saramago (La balsa de piedra): "(...), lo que permite pensar que los gobiernos sólo son capaces y eficaces en los momentos en que no hay razones que exijan su eficacia o capacidad. (...) Porque, y es bueno que sobre esto no queden dudas, los gobiernos de salvación nacional son también muy buenos, hasta podríamos decir que los mejores que hay, lástima que las patrias sólo muy de tarde en tarde los precisen, por eso no tenemos habitualmente gobiernos que nacionalmente sepan gobernar."
¡Qué suerte! Salimos de la sartén para caer en el fuego, vamos de El Gran Dictador a Las vacaciones de Mr. Bean. Así nos luce el pelo.
Decía Saramago (La balsa de piedra): "(...), lo que permite pensar que los gobiernos sólo son capaces y eficaces en los momentos en que no hay razones que exijan su eficacia o capacidad. (...) Porque, y es bueno que sobre esto no queden dudas, los gobiernos de salvación nacional son también muy buenos, hasta podríamos decir que los mejores que hay, lástima que las patrias sólo muy de tarde en tarde los precisen, por eso no tenemos habitualmente gobiernos que nacionalmente sepan gobernar."
¡Qué suerte! Salimos de la sartén para caer en el fuego, vamos de El Gran Dictador a Las vacaciones de Mr. Bean. Así nos luce el pelo.
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