lunes, 21 de abril de 2008

La Esperanza es lo último que se pierde

Esperanza Aguirre reivindica la autoría de haber encetado el debate de ideas en el PP. Gran cosa si fuera verdad. Hay que negar todas las mayores: no existe debate y tampoco se vislumbran ideas. En realidad, ni siquiera se observan diferencias de fondo entre los contendientes; únicamente que los patrocinados por la COPE parecen exhibir unas formas más chulescas, aplican el libro de estilo, el manual de la emisora y sacan con mayor frecuencia la caja de las tortas. Hay ligeros matices en asuntos como la forma de enfocar el 11-M, la trascendencia que se le da, y poco más. Si en algo lleva razón Espe es en eso de que su partido cae antipático al personal, pero parece que la receta que aplica es sostenella en la forma de hacer oposición y no enmendalla en modo alguno. En definitiva, ahondan en el error lanzando mensajes de consumo interno que no llegan al electorado, no porque no se pronuncien en voz alta y clara sino porque los votantes son refractarios a un tono tan agresivo. Diríase, al menos, que por ese camino han alcanzado su techo electoral.
Para avalar sus razones utilizan una prueba del nueve que es una soberana sandez: cuanto más le disgusta al Grupo Prisa la alineación, más convincente resulta. Por eso, Gallardón, mimado de El País, es un bellaco quintacolumnista. El certificado de origen se asemeja a los argumentos que usaba Joan Gaspart para descalificar a los contrincantes en la campaña por la presidencia del Barça y, más tarde, a los que le criticaban desde el seno del club. Aseguraba que esos eran los preferidos de la gente del Madrid. ¡Falso de toda falsedad! Gaspart era un manipulador y un fanático de maneras toscas, rudo y faltón, pero el mejor presidente que ha tenido el Barcelona para los madridistas. Con él, no ganaron ni un solo título.
La prensa hasta ahora afín ha llegado a un punto de no retorno. El trato que le están dispensando a Rajoy parece que no tenga vuelta atrás. Otro símil futbolístico: José Mª García en unas elecciones por la presidencia del Real Madrid participó de forma muy activa y beligerante a favor de Luis de Carlos y en contra de Ramón Mendoza. Butanito, que también estuvo en la COPE y venía cortado por un patrón parecido al de Federico (algo verdulera, con ansías de manejar los hilos del poder desde la sombra, emboscado tras el micrófono) rompió definitivamente su relación con el club a raíz de aquello. Su antipatía por Mendoza le llevó hasta los tribunales y se hizo extensiva a Florentino Pérez.
En fin ellos verán. A mí el que me interesa es el Madrid; ni el PP ni el PSOE.

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